La Policía estudia una agenda y varias notas encontradas en poder de Peio Alvarez Saleta

Actualizado: jueves, 8 febrero 2007 22:00


MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

Las Policías española y francesa estudian la documentación incautada en los registros que se practicaron tras la detención ayer en Ciboure de Peio Alvarez Saleta, alias 'Jon', presunto miembro del 'aparato de acogida' de ETA. Los agentes encontraron en un piso utilizado presuntamente por Alvarez Saleta para acoger a 'liberados' de la banda una agenda y varias notas manuscritas, informaron a Europa Press fuentes próximas a la investigación.

La Policía también cree que Peio Alvarez iba a dar cobijo a Asier Larrinaga y Garikoitz Etxebarria cuando éstos fueron detenidos en Ascain el 9 de enero. Ambos pertenecían al 'comando Vizcaya' que huyó cuando la Ertzaintza encontró un 'zulo' en Amorebieta (Vizcaya) el 23 de diciembre de 2005.

Alvarez Saleta, de 30 años, desapareció de su domicilio guipuzcoano de Andoain en 2003. Las Fuerzas de Seguridad le vinculan con varios sabotajes de 'kale borroka' cometidos en Guipúzcoa en los años anteriores. En 2006 se le detectó una enfermedad terminal que había motivado su desplazamiento al sur de Francia para ser tratado médicamente. En el momento de la detención residía con alguno de sus familiares directos.

AUTO DE GARZÓN

'Jon' se encontraba en busca y captura internacional desde el pasado 29 de enero, cuando el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dictó prisión incondicional contra Iker Aguirre, el etarra detenido en Portbou a bordo de un tren procedente de Francia.

En ese mismo auto, Garzón señaló a Peio Alvarez como miembro del 'aparato de acogida' y como la persona que recogió a Aguirre a su llegada a Francia y quien lo condujo a una casa donde residió de marzo de 2004 al mismo mes de 2005.

Durante ese año, el actual jefe del 'aparato de cursillos' de ETA, Francisco Javier López Peña, alias 'Thierry', visitó a Iker Aguirre en al menos cuatro ocasiones. En esas visitas, 'Thierry' instruyó al etarra en la confección de explosivos, le enseñó a disparar y a adoptar medidas de seguridad para evitar ser detenido en Francia o cuando diese el paso a España, como finalmente ocurrió el pasado 25 de enero a bordo de un tren procedente de Perpignan que se dirigía a la estación de Sans, en Barcelona.