MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Rey Felipe VI ha recibido este miércoles las cartas credenciales de seis nuevos embajadores, entre ellos la nueva representante marroquí, Karima Benyaich, primera mujer encargada de la representación de Marruecos en España.
Benyaich, ex embajadora en Portugal y hermana de su antecesor en Madrid, ha presentado sus cartas conforme a la ceremonia habitual, afirmando que es "un honor y un gran privilegio". Marruecos es precisamente un país donde los Reyes tienen prevista una visita de Estado, que iba a tener lugar a principios de este año pero finalmente se pospuso. Con Benyaich son 24 las diplomáticas extranjeras acreditadas como embajadoras en España.
Felipe VI ha recibido también las cartas credenciales de los embajadores de Bolivia, Jorge Ramiro Tapia; Pakistán, Khayyam Akbar; Corea, Hong-Jo Chun; Georgia, Ilia Giorgadze, Eslovaquia, Jaroslav Blasko y Angola, José Luis de Matos Agostinho. A la ceremonia no ha asistido el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Alfonso Dastis, sino la subsecretaria del Departamento, Beatriz Larrotcha, que asume este papel en su ausencia.
Las cartas credenciales son el documento que acredita a un embajador extranjero como representante y máxima autoridad diplomática de otro país en España. La ceremonia de entrega se remonta a los tiempos de Carlos III y ha permanecido casi sin cambios.
Los embajadores se han desplazado, uno a uno, desde el Palacio de Santa Cruz, sede oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, hasta el Palacio Real, en carrozas de época de Patrimonio Nacional, escoltados por el Escuadrón de la Guardia Real a caballo y la Escuadra de Batidores de la Policía Municipal. La banda de música de la Guardia Real recibe a los embajadores en el Patio de la Armería, interpretando los himnos de sus respectivos países.
Después, el Rey ha recibido las cartas de cada embajador en la cámara oficial del Palacio Real y ha mantenido un breve encuentro con cada uno de ellos, en presencia de la subsecretaria de Exteriores. Después, cada embajador abandona el Palacio Real en el vehículo oficial a los acordes del himno de España, rumbo a su residencia.
