Los psiquiatras aseguran que la madre que ahogó a sus dos hijos en Barcelona no actuó "a sangre fría"

Actualizado: miércoles, 24 mayo 2006 20:03

BARCELONA, 24 May. (EUROPA PRESS) -

Los psiquiatras que examinaron a la madre acusada de ahogar a sus dos hijos, de ocho meses y dos años, en la bañera de su domicilio, en el distrito barcelonés de Nou Barris, aseguraron hoy que María Rosa M.A. no consumó el doble infanticidio "a sangre fría". A su juicio, la acusada cometió un "homicidio altruista", ya que en el momento de los hechos creía que su situación era tan "catastrófica" que lo mejor era acabar con su propia vida y con la de sus hijos para evitar sufrimientos futuros.

Un tribunal popular juzga desde el martes a María Rosa M.A., de 35 años, quien, tras ahogar a sus dos hijos, llamó a la Policía para confesar el crimen y se lanzó al vacío desde la terraza de su edificio, resultando gravemente herida.

El crimen se remonta a la mañana del 4 de junio de 2005, cuando la acusada, que ese mismo día cumplía 35 años, se encontraba en casa a solas con los dos pequeños, ya que su compañero sentimental y padre de los niños había viajado a Girona para hacer unas gestiones.

Durante la sesión celebrada hoy, los psiquiatras explicaron que, a su entender, María Rosa M.A. no mató a sus hijos "a sangre fría" o "por capricho" y que, por tanto, su intento de suicidio no obedecía a la redención de sus actos.

Los expertos aseguraron que la acusada no actuó "movida por la venganza". A su juicio, María Rosa tenía una intención "clara" de acabar con su vida y decidió matar a sus hijos para no dejar responsabilidades ni a sus padres ni a su compañero. Los psiquiatras basaron su diagnóstico en el hecho de que el intento de suicidio de la procesada fue "de alto riesgo" y "de auténtica convicción letal".

Según los expertos, la conducta de María Rosa obedece a un trastorno psicopatológico, ya que sufre un trastorno de inestabilidad emocional que la lleva de la depresión a períodos de euforia. "La atrocidad que cometió en ese momento indica que sus capacidades estaban altamente afectadas", señalaron.

Según los psiquiatras, la procesada ha ido sufriendo "altibajos depresivos discretos" desde su juventud, aunque nunca fueron tan llamativos para los demás como para pensar que necesitaba tratamiento. "Hasta que ha sufrido una crisis tan grave como para cometer estos hechos", explicaron. A su juicio, "las pocas pistas que fue dando a sus allegados no fueron suficientes par detectar que no estaba bien, por lo que ha ido tirando de mala manera".

Durante su declaración, los expertos explicaron que, en este caso, se podría decir que María Rosa cometió un "homicidio altruista", también conocido como suicidio ampliado. "Estas personas tienen una visión distorsionada de la realidad y creen que su situación y la de su entorno es tan catastrófica e inasumible que extienden su decisión patológica de suicidarse a sus seres queridos", relataron.

"ERA MUY BUENA MADRE".

Según los psiquiatras, la procesada decidió acabar con la vida de sus dos hijos debido a la "alta situación de estrés que estaba viviendo", que no le permitía tener en cuenta estímulos externos, como su familia o su pareja. "Se agobia con las cosas cotidianas que cualquier persona sería capaz de organizar. Si le das un medio organizado responde muy bien, pero si tiene que organizarse ella, se agobia", explicaron.

Los expertos señalaron también que María Rosa "es una persona con rasgos de inmadurez, muy vulnerable a situaciones de estrés, con una baja autoestima y dependiente de otras personas, por lo que reacciona con ansiedad ante acontecimientos cotidianos de su vida". No obstante, explicaron que "es muy exigente y muy perfeccionista" y, a su entender, "seguramente era muy buena madre, aunque pueda parecer paradójico y contradictorio".

En este sentido, la psiquiatra que trató a María Rosa en el centro penitenciario Can Brians --donde permanece en prisión provisional-- explicó que los miedos de la procesada aparecieron con el nacimiento de su primer hijo. Según la experta, el bebé "fue muy deseado", pero María Rosa sufrió una depresión post parto al creer "que no iba a poder llevar la casa, cuidar a su hijo y mantener su trabajo".

Con la llegada de su segundo hijo, la procesada empezó a cambiar como persona. "Sigue siendo muy exigente y, seguramente, con los dos niños ya no podía hacerlo todo tan perfecto como con uno solo", explicó la psiquiatra. "Lo recibe como algo negativo porque piensa que no va a poder con todo", añadió.

Según esta experta, la acusada cometió el crimen porque "tiene dificultades para filtrar las ideas malas que pasan por su mente y, por eso, actúa de forma impulsiva, lo que es un riesgo para ella y para los demás". No obstante, la psiquiatra señaló que María Rosa "es muy consciente de lo que hizo" y que "se siente arrepentida", ya que entiende que "es una monstruosidad que no tiene justificación alguna".

DIFICULTAD PARA ASUMIR RESPONSABILIDADES.

La experta explicó durante su declaración que los problemas de la procesada se remontan a cuando era una niña, ya que "se le concedió bastante de todo, estaba sobreprotegida por su familia, que nunca le impuso límites ni le exigió responsabilidades". "Hacía un poco lo que quería", apuntó.

De ahí que intentara llamar la atención "intentando hacerse daño". María Rosa intentó cortarse las venas a los 17 años, aunque ya a los 12 pasó por su cabeza una idea similar. "Tuvo un problema en el colegio porque no se portaba bien y, tras la riña de su padre, pensó por primera vez que se iba a suicidar", explicó la psiquiatra.

A su juicio, María Rosa "necesita que le enseñen a filtrar sus ideas y a superar la frustración que ello supone". "Lo más recomendable es que no tenga hijos porque ella tiene dificultad para asumir responsabilidades", apuntó.

"UNA COMPASIÓN MAL ENTENDIDA".

El Ministerio Fiscal mantuvo hoy su petición de 36 años de prisión para María Rosa M.A. por dos delitos de asesinato con la agravante de parentesco y, además, reclamó que indemnice a Felipe L.A. con 120.000 euros por la pérdida de sus hijos. No obstante, la acusación pública modificó sus conclusiones para incluir la atenuante de confesión, aunque ello no modifique la condena solicitada.

La defensa, por su parte, también modificó sus conclusiones para rebajar la pena de cinco años de cárcel que solicitó en un principio por dos delitos de homicidio con la atenuante de confesión y la eximente incompleta de trastorno mental. El letrado pide ahora un año y tres meses de prisión para la procesada, ya que, a su entender, el parentesco debe considerarse como una atenuante.

"Lo que hizo María Rosa fue un acto de amor, intentó hacer un bien a sus hijos desde su mente perturbada", señaló la defensa. "Rosa no es una asesina desde el punto de vista humano, los hechos se produjeron por un altruismo, una compasión mal entendida", añadió.

Según la defensa, María Rosa M.A. "quiso evitar sufrimientos futuros a sus hijos, como los que podía tener ella". "Hizo lo máximo y lo más grave que se puede hacer por un hijo y fue víctima de sus propios actos", añadió.

Tras escuchar la declaración del compañero sentimental de María Rosa, el letrado considera también que a la hora de imponer la pena se debe tener en cuenta la atenuante de reparación del daño, ya que Felipe L.A. explicó que se cree el arrepentimiento de la procesada y dijo que la perdonaba, aunque no pueda perdonar el daño que le hizo a sus hijos y a él. El juicio quedó hoy visto para veredicto.