Dirección saliente admite "errores" pero cree que "por encima" queda su "responsabilidad en momentos exigentes"

Actualizado: martes, 17 enero 2012 21:03

Vicesecretaría general dice que la campaña de Rubalcaba puede ser referencia para el futuro pero que el adelanto electoral "limitó" el trabajo

MADRID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE presentará al 38 Congreso Federal un Informe Político en el que reconoce los "errores" cometidos por el Gobierno y el partido en la gestión de la crisis pero reivindica que desde 2000 queda "un legado de avances y reformas". "Queda nuestra responsabilidad con España en los momentos más exigentes y por encima de todo lo demás".

Así reza el texto del Informe Político con el que comienza el "38 Informe de Gestión CEF y Órganos Federales" al que ha tenido acceso Europa Press. El texto ha sido sometido a votación en las agrupaciones socialistas y deberá ser refrendado en el Congreso Federal que se celebrará del 3 al 5 de febrero en Sevilla.

La dirección encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero cree que hay que "aprender de los errores cometidos" pero también "defender las conquistas realizadas: los nuevos derechos, las nuevas pautas democráticas, las reformas modernizadoras".

Menciona también, aunque reconoce que los socialistas no lo hicieron solos, ni "sólo por lo que se hizo en esta última etapa", que el PSOE ha contribuido a "poner fin a la violencia terrorista en España".

Ante la nueva etapa, que se abrirá en Sevilla, sostiene que los socialistas recorrerán con éxito su "nuevo rumbo" si lo hacen "juntos" y con "fidelidad" a sus valores y a su "compromiso político".

ACCIÓN MONOPOLIZADA POR LA CRISIS

El texto reconoce que desde el 37 Congreso celebrado en 2008 la acción de los órganos del partido ha estado prácticamente "monopolizada por el apoyo al Gobierno" contra una crisis "intensa y cambiante" que ha "condicionado" su actuación.

El documento tacha los resultados electorales de "extraordinariamente adversos" y cree que "han reflejado el desgaste social" motivado por combatir la crisis y sus efectos. Para la dirección saliente, encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero, la derrota electoral no puede "desligarse" del hecho de que la crisis ha sido "incesante", con recaídas y giros "a peor" cada vez que había una "expectativa de mejoría".

A su juicio, "no puede sorprender" que, como en otros países, muchos ciudadanos hayan depositado su "esperanza" contra la crisis "en la alternancia política misma". Eso sí, reconoce que la dirección del partido y también el Gobierno han cometido "errores en la gestión de la crisis" y en su "comunicación".

Los errores de comunicación, justifica, han estado "inducidos" lo "absorbente de dar respuesta a cada nueva amenaza", porque eso impidió ver la necesidad de explicar "acertadamente" y "con todos los medios" lo que hacía el Gobierno y por qué lo hacía, sobre todo en relación al "reparto equitativo" de los esfuerzos.

AUTOCRÍTICA PARA LA RENOVACIÓN

Ante tal complejidad de la crisis, insiste en que sólo con perspectiva histórica se podrá hacer un balance autocrítico "justo" de esta etapa. El PSOE, sostiene, siempre ha estado dispuesto a la autocrítica y sabrá hacerla ahora, "como condición necesaria para poder renovar la capacidad de representar a la mayoría progresista de España" y actualizar su "vocación de fuerza mayoritaria, de fuerza de cambio, de fuerza de gobierno".

Con todo, recalca que en esta última legislatura sus valores han sido los mismos que en la primera, la de los avances sociales. Entre 2000 y 2004, dice que el PSOE llevó a cabo una oposición "útil y constructiva"; y que entre 2004 y 2008 se centró en "extender el Estado social" y modernizar el modelo productivo, aunque admite que no logró "impedir los efectos más negativos del estallido de la burbuja inmobiliaria".

Sobre la segunda legislatura de Zapatero, dice que se centraron en "acelerar" la modernización pero "sobre todo en preservar la integridad de los pilares del Estado Social", porque sin ello "se hubiera puesto en serio riesgo la cohesión social", la "recuperación misma" o, en todo caso, la recuperación que quiere el PSOE, con una España "más justa, solidaria e integrada".

UNA QUIEBRA HABRÍA DAÑADO AUTOESTIMA Y SOBERANÍA

En este punto, defiende que si España hubiera sufrido una "quiebra de su solvencia" habría sido un riesgo para la recuperación y la cohesión, pero también para la "autoestima y futuro desarrollo como un país en pleno ejercicio de su soberanía democrática". Y añade que combatir ese riesgo centró todos sus "afanes" en la última etapa de gobierno, incluidas las "decisiones difíciles" que tal vez no se supieron explicar pero que se tomaron con "clara conciencia" de la responsabilidad como gobierno y como partido.

El informe recuerda que bajo la dirección que salió del 35 Congreso, la dirigida por Zapatero, los socialistas recuperaron la confianza de los españoles para gobernar a distintos niveles y gobernó por primera vez en Cataluña y el País Vasco.

Su proyecto, dice, fue "modernizador", trató de primar la "confianza en la política democrática" y en la capacidad de España de "acoger una convivencia tolerante y respetuosa de la diversidad, ensanchando las posibilidades de disfrute efectivo de la libertad y de acceso al bienestar".

Y además, añade que la "fidelidad" a esas señas de identidad se ha proyectado en el interior del partido y eso ha permitido al los socialistas actuar "unidos", "algo particularmente valioso en los momentos de dificultad" y "ser plenamente respetuosos" internamente.

Así, "sin minusvalorar un ápice el quebranto electoral", el informe defiende que, igual que con los gobiernos de González, "queda un legado de avances y de reformas" inspirado en los valores del PSOE. "Queda nuestra responsabilidad con España en los momentos más exigentes y por encima de todo lo demás", resume.

En el informe de la Vicesecretaría General que dirige José Blanco, se señala la labor de coordinación en las campañas electorales que han tenido lugar desde el último congreso del partido y se destaca especialmente la "intensa actividad" del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba desplegada desde el mismo momento de su proclamación y hasta las generales del 20 de noviembre pasado.

"A diferencia de campañas anteriores, el Candidato no solo ha visitado el conjunto de Comunidades Autónomas, sino que en esta ocasión se 11 ha ido mucho más allá en su presencia territorial, llegando a programar su presencia en 40 de las 52 circunscripciones electorales", precisa el citado informe.

Además, especifican que su presencia no se ha limitado a actos electorales, sino también ha planificado "agendas muy completas" en cada territorio y en la fase final de la campaña, los "mítines en ruta" con actos "express".

Según el citado informe de gestión, puede ser un "buen punto de referencia para futuras campañas" electorales este modelo de planificación y agenda que se ha desarrollado.

EL ADELANTO ELECTORAL "LIMITO Y ESTRECHO" EL TRABAJO

No obstante, hacen constar que, desde el punto de vista operativo, el anticipo de las Elecciones Generales para el mes de noviembre de 2011 "limitó y estrechó" el trabajo electoral a un periodo de "poco más de cinco meses (que realmente se reducen a cuatro si tenemos en cuenta que hasta el 19 de julio el Partido no eligió su Candidato para la Presidencia del Gobierno)".

Por ello, explican que "dada la limitación temporal que existió", se utilizo todo el periodo estival y se concentró el esfuerzo electoral en tres fases o momentos diferenciados.

En este texto también se expone la colaboración de la CEF "especialmente intensa" en los procesos electorales de Galicia y Euskadi, pero en el caso de Cataluña, precisa que "la implicación fue más limitada y se centró, fundamentalmente, en atender las demandas y necesidades puntuales que se nos solicitaron" y que se limitaron a la presencia de dirigentes de la CEF y miembros del Gobierno.