Rajoy: "Cuando yo gane las elecciones y Zapatero sea sustituido en el PSOE, se podrá volver a pactar"

Actualizado: sábado, 2 diciembre 2006 17:30


MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente del PP, Mariano Rajoy, se mostró hoy partidario de recuperar el tradicional consenso entre los dos grandes partidos para, entre otras cosas, poder acometer reformas legislativas y "retoques" en la Constitución que ayuden a fortalecer un Estado que, bajo su punto de vista, lleva camino de convertirse en "inviable".

Eso sí, aprovechó su discurso de clausura en la Conferencia sobre Modelo de Estado del PP para lanzar una consigna a sus compañeros de partido y a todos los españoles: puede recuperar ese consenso con los socialistas, pero en ningún caso con su actual líder, José Luis Rodríguez Zapatero. "Cuando Zapatero pierda las elecciones, yo las gane y él sea sustituido en el PSOE, se podrá volver a pactar", determinó.

De esta forma, el presidente de los 'populares' hacía suyo un mensaje que ayer ya adelantaron en este mismo foro el secretario general del PP, Angel Acebes; los portavoces de Congreso y Senado, Eduardo Zaplana y Pío García Escudero; y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. "Solamente podrán corregirse los desajustes en el modelo de Estado si se ponen de acuerdo el PP y el PSOE --recalcó Rajoy--. Yo confío en que nuestras propuestas (sobre modelo estatal) encuentren un eco positivo y, en consecuencia, que el PSOE modifique su posición. No sé si incurro en un exceso de confianza. Es evidente que Rodríguez Zapatero no quiere pactar conmigo".

Planteado este contexto, sentenció ante los presentes en el Palacio de Congresos del Parque Ferial Juan Carlos I de Madrid que el acuerdo entre los partidos mayoritarios sólo volverá a ser una realidad cuando él gane las elecciones, las pierda Zapatero y sea otro socialista el que se ponga al frente del PSOE.

Según Rajoy, "conviene" que los españoles vean clara cuál es la situación actual, "adopten una postura y exijan a todos sus representantes que obren al servicio del interés general". Afirmó que, "desde ahora mismo", los 'populares' convocan a cuantas voces deseen colaborar en la empresa de conseguir reforzar, a un tiempo, el Estado y el sistema autonómico. "Y me gustaría que quienes discrepan, quienes creen que yo estoy equivocado, se tomasen por una vez en serio las cosas serias", añadió.

"TAL VEZ HUBO EXCESO DE INGENUIDAD EN LA TRANSICIÓN"

El líder de la oposición había iniciado su discurso ante el auditorio explicando que el motivo de esta Conferencia era afrontar e intentar "salir del paso" de aquellos aspectos del modelo territorial que, "en el sentir de la mayoría de los españoles", reclama "una corrección inaplazable".

Antes de hablar de posibles cambios, consideró oportuno apuntar que "nadie" podría imaginar hoy una España sin sus autonomías, llegando a decir que si no existieran o desaparecieran, "habría que crearlas, porque han sido un acierto". "No estamos, pues, ante una cuestión ideológica. La delegación de funciones es un signo de nuestro tiempo y está detrás de cualquier éxito político, social o empresarial --argumentó--. No es una cuestión ideológica y, en consecuencia, no admite enfoques variables según las coordenadas de cada partido. Aquí no hemos venido ni a coleccionar ocurrencias ni elaborar recetas doctrinarias".

Recordó entonces que los españoles se dieron a sí mismos con la Constitución del 78 un "Estado unitario" que, según dijo, puede organizarse de distintas formas y abogó por hacer "las cosas bien" para dar remedio a los problemas existentes y no propiciar que "se agraven y se atajen".

De hecho Rajoy advirtió de que el Estado está caminando "absurdamente" hacia un "Estado ineficaz y difícilmente viable" y lo achacó a distintas causas como "tal vez, un exceso de ingenuidad en la Transición", además de la "imposibilidad" de poder prever todos los problemas que vendrían después, "sin olvidar la influencia de los partidos nacionalistas y, finalmente, la llegada al Gobierno del señor Rodríguez Zapatero y su obcecado empecinamiento por romper todo consenso constitucional".

"Lo que ocurre es que hoy, en España, si pretendemos corregir algunos desajustes de acuerdo con las nuevas necesidades, no podemos hacerlo, porque nos lo hemos prohibido: Las competencias han cambiado de manos, están desperdigadas y, en muchos casos, se arrogan la prerrogativa de derechos irrenunciables. Es decir, que nuestros errores se convierten en contumaces e incorregibles. Es como si los españoles hubiéramos empleado la Ley para atarnos las manos unos a los otros --aseveró--. El segundo factor causal, sin duda, ha sido la indiscutible influencia ejercida por los partidos nacionalistas".

CONFUNDIR NACIONALISMO CON DEUDA PENDIENTE, "UN ERROR"

A continuación, sacó a colación que la Transición sirvió también para buscar la integración de los nacionalistas en un proyecto común, concederles "generosas ventajas electorales" y convivir "sin crítica" con sus presupuestos ideológicos.

"El resultado es que los nacionalistas se hicieron indispensables en el panorama político español", resumió Rajoy, quien añadió que pese a que la postura política nacionalista ha sido "positiva y razonable" en muchas ocasiones, su influencia ha propiciado, sin embargo, que "todos" hayan contribuido al "error" de confundir nacionalismo con deuda pendiente y nacionalidad histórica con privilegios. "Parece como si en vez de integrar los nacionalistas en el proyecto común, hubiéramos logrado lo contrario: transmitir a los españoles su mal ejemplo".

"El error de los españoles ha consistido en permitir que tales ocurrencia se dispersaran fuera del campo nacionalista, hasta el extremo de que muchos españoles de hoy piensan ingenuamente que para disfrutar de los derechos constitucionales es más importante ser nacionalista que español. En efecto, hay quien piensa que para poder igualarse con los más privilegiados, en rentas o cultura, para ser más, no les basta con ser españoles: necesitan disfrazarse de nación (...) . El resultado, a la vista está en esa carrera por exaltar prejuicios, atributos míticos, identidades artificiales y nacionalismos de oropel. Más o menos como si en España nos hubiéramos puesto a otear el futuro con el catalejo al revés", alertó.

Bajo su punto de vista, hay que gastar "toda la energía que sea necesaria" para corregir "malentendidos" y explicar a los ciudadanos que sus derechos emanan de la Carta Magna, y en ningún caso de "papeles rancios ni prejuicios polvorientos". Y esto, según Rajoy, tendría que hacerse también desde el "consenso" del que son "hijos" los españoles, pero resulta imposible desde el momento en que Zapatero "decidió quebrar cualquier posibilidad de entendimiento".

"Tal vez piensa el señor Rodríguez Zapatero que, mientras se baile bien el rigodón con los nacionalistas, no hay que temer que el PP pueda desplazarlo del Gobierno. Se equivoca dos veces. La primera, porque calcula mal sus hipotecas y la lealtad de los nacionalistas; la segunda, porque menosprecia la fuerza que los españoles pueden darle al PP. Olvida que para la mayoría de nuestros compatriotas, España es más importante que cualquier consideración partidista", remató.

Ante esto, insistió en que su partido ha puesto encima de la mesa una serie de conclusiones que conllevan modificaciones legislativas o "retoques constitucionales" para "aprovechar lo bueno del Estado de las Autonomías", sin que esto signifique perjudicar los intereses de ninguna región. "Ni siquiera hemos considerado como norma que deban retirarse competencias transferidas. Si se hace será porque, todos de acuerdo, apreciemos que eso es lo que más conviene", concluyó.