Ratifican en Cantabria las penas a tres condenados por una reyerta el Año de Nuevo de 2002 en la que murió un joven

Actualizado: martes, 11 julio 2006 19:21

SANTANDER, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha ratificado las penas de cárcel de entre ocho meses y un año a las que fueron condenados Ángel y Antonio J.J. y su primo Juan Pablo J.J. por una reyerta ocurrida la madrugada del Año Nuevo 2002 que se saldó con la muerte de un joven, hermano de los dos primeros acusados, y varias personas heridas.

Los hechos sucedieron sobre las cinco de la madrugada del 1 de enero de 2002, cuando Ángel y Antonio, acompañados de su hermano -el que falleció tras la reyerta- se dirigieron a un bar en la calle Menéndez Pelayo y se inició una discusión entre Ángel y el propietario del local, quien mostró un arma de fuego y lanzó un disparo al aire.

Los tres hermanos, acompañados también de su primo, salieron corriendo entonces a la calle del Carmen, pertrechados con una navaja de 12 centímetros de hoja y una espada de 60 centímetros, y arremetieron contra el propietario del bar, quien se defendió con un palo de madera.

Se inició entonces un alboroto entre los primeros y las personas que acompañaban al dueño del bar y unos y otros se "agredieron de forma indiscriminada". La pelea finalizó con la llegada de la policía, que se incautó, entre otras armas, de una navaja y un cuchillo de cocina.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Santander dictó el pasado mes de diciembre sentencia por estos hechos -exceptuando la muerte del joven, por la cual se abrieron diligencias penales diferenciadas-.

En ella, condenó al dueño del bar, Pedro Ignacio P.P. a un año y seis meses de prisión por un delito de riña tumultaria y por tenencia ilícita de armas; y a una de las personas que le acompañaba, Óscar S.F., a seis meses de cárcel por su participación en la reyerta. Asimismo, acordó el pago de indemnizaciones a Antonio, Ángel y Juan Pablo J.J., por importe de 600, 661 y 571 euros respectivamente.

Mientras tanto, a Ángel J.J. le condenó a un año de prisión y a su hermano Antonio y su primo Juan Pablo a ocho meses cada uno. Estos tres presentaron un recurso alegando, según los casos, que habían intervenido en defensa del familiar fallecido o en defensa propia. Sin embargo, la Audiencia considera fundamentado que las agresiones fueron "mutuas y recíprocas" y no hubo "provocación previa o desigualdad".