MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha visitado este jueves el centro que, desde la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), vigila el espacio aéreo sur de la OTAN. "Hoy me voy mucho más tranquila", ha asegurado sobre un trabajo que se ha comprometido a contribuir para que sea "más conocido" por la sociedad.
Robles ha elegido para su segunda visita oficial como ministra --la primera fue este miércoles a las instalaciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME)-- el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de Torrejón, responsable de la vigilancia del espacio aéreo del flanco sur de la Alianza desde el año 2013.
"Se trata de un punto esencial para la defensa de Europa y el mundo. Aquí se desarrolla un magnífico trabajo y hoy me voy mucho más tranquila", ha asegurado sobre una labor que cree que "no se conoce lo suficiente" y que es esencial para la defensa de "la paz, libertad y seguridad en el mundo".
Robles ha recordado que el terrorismo es una de las principales amenazas a las que se enfrentan España y Europa y por ello son tan importantes centros como el CAOC para "defender nuestro modo de vida, valores y libertad".
En su visita, la ministra ha tenido oportunidad de conocer la labor de los 185 militares de 16 países --sólo 18 españoles-- que trabajan en el centro de la mano de su jefe, el teniente general español del Ejército del Aire Rubén Carlos García Servert.
Este centro para la defensa de la integridad del espacio aéreo de la Alianza se encarga de la vigilancia de un espacio de casi 11.000 km2, desde las Islas Azores hasta Rumanía y desde las Islas Canarias hasta Turquía.
ZONAS CALIENTES Y DE ALTA RESPONSABILIDAD
Esto implica que se encuentran situados en el área de responsabilidad del CAOC de Torrejón Portugal, Italia, Grecia, Turquía, Bulgaria, Rumanía, Hungría, Eslovenia, Croacia, Albania, Montenegro, la mitad sur de Francia y España, abarcando todo el mar Mediterráneo, el mar Negro y parte del Atlántico.
Esta zona responsabilidad del CAOC incluye zonas consideradas "calientes" por su amenaza de terrorismo y de "alta responsabilidad". Esto implica un trabajo de 24 horas diarias de identificación y control de todas la aeronaves que entran en su zona de control.
Cuando uno de los controladores detecta un avión sin identificar o que varía su rumbo o altura, por ejemplo, se intenta contactar con él para corregir la situación. A partir de ahí hay diferentes grados de alerta hasta llegar al caso de que se trata de una aeronave secuestrada o "con intención hostil". En este último caso, la autoridad pasaría de la OTAN al país afectado, que tendría en último caso la responsabilidad de decidir su derribo.
