MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
La empresa de lapiceros Faber-Castell ha iniciado un proyecto de creación de bosques en el norte rural de Colombia por el que mediante la reforestación se luchará contra la erosión progresiva en una zona dedicada al pastoreo.
Así, plantará un total de 2.000 hectáreas de bosque, cuya madera se utilizará en el futuro para la fabricación de lapiceros. Del proyecto se beneficiarán 51 agricultores locales porque, según la empresa, en sus tierras, "estériles hasta hace poco, crece ahora madera" y se trata de una región económicamente deprimida.
La especie plantada en los nuevos bosques es la Gmelina arbórea, conocida como Melina. A cambio de cuidar los árboles, los cultivadores se beneficiarán de los ingresos que producen las ventas.
Además, Faber-Castell ha señalado que se está planteando ampliar el área de bosque a 3.000 hectáreas, con las que poder suministrar de materia prima a medio plazo a todas las plantas de producción de procesamiento de madera de Brasil, Indonesia y de la sede alemana en Stein. Además, también se ha abierto recientemente un aserradero.
El proyecto forestal forma parte de un programa de restruccturación a gran escala en los municipios del curso del río Magdalena, que han resultado seriamente afectados por la erosión del suelo y por el pastoreo y ha sufrido inundaciones y pérdida de cosechas.
Con la iniciativa, además de "salvar" la región a nivel ecológico, la compañía aspira también a estabilizarla en lo económico y lo político, al tiempo que abastece las plantas de producción con materias primas de origen ecológico.
Faber-Castell es la primera empresa privada autorizada a vender derechos de emisión y sus programas de forestación han sido certificados en 2012 por la ONU como proyectos de Mecanismo de Desarrollo Limpio para desarrollos ambientales compatibles.
A raíz de esta certificación, la empresa puede vender los derechos de emisión procedentes de sus bosques, de acuerdo a lo previsto por el Protocolo de Kyoto.
La empresa comenzó a reforestar 10.000 hectáreas de bosque de pinos en Brasil en 1980 para abastecer a la planta de Sao Carlos, cuya capacidad de producción es de 2.000 millones de lápices al año, de los 2.300 millones que fabrica cada año en todo el mundo.
La madera, así como la planta de fabricación, han recibido el sello de Cadena de Custodia (C.o.C.) de calidad de manos del Forest Stewardship Council (FSC), y satisfacen la más alta observancia en términos de sostenibilidad. El 99 por ciento de la producción está fabricado con madera certificada.
Faber-Castell es una empresa neutra para el clima, porque sus bosques absorben tres veces la cantidad de dióxido de carbono que emiten las 14 plantas de producción de la empresa en todo el mundo.
