'El Solitario' no se considera un asesino, pero sí "un expropiador de bancos a mucha honra"

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Actualizado: martes, 15 julio 2008 19:09

  PAMPLONA, 16 (OTR/PRESS)

"No soy un asesino y nunca he matado a nadie". Con estas palabras, Jaime Giménez Arbe, más conocido como 'El Solitario' se exculpó de la muerte de dos guardias civiles fallecidos en junio de 2004 en Castejón y por cuyos fallecimientos hoy se sentó en el banquillo de los acusados.

Sin embargo, se autocalificó como "un expropiador de bancos a mucha honra" y explicó que atracaba estas entidades por su condición de anarquista y antisistema.

   'El Solitario' llegó a la Audiencia Provincial de Navarra custodiado por la Policía Nacional y procedente de la cárcel de Pamplona, a donde había sido trasladado la víspera desde el centro penitenciario de Dueñas, en Palencia. Alegó durante su declaración de más de una hora que, en el momento de los asesinatos, ocurridos el 9 de junio de 2004, se encontraba en un Polígono Industrial de Zaragoza esperando a recibir un vehículo conducido por un delincuente corso con armas procedentes de Francia. "No soy un asesino y nunca he matado a nadie", explicó el acusado, en el arranque del juicio que pretende determinar su implicación en la muerte de los dos guardias civiles. Según aseguró, en el vehículo que recibió se encontraba el arma con la que supuestamente fueron asesinados los agentes y reconoció que portaba esta misma arma en el momento de su detención, el 23 de julio del año pasado.

   'El Solitario', en un discurso en ocasiones rocambolesco pero hilvanado, aseguró que en mayo de 2004 adquirió en Francia a sus ex compañeros corsos un Suzuki Vitara y diversas armas, entre las que se encontraba ese subfusil, de cuya presencia no se percató hasta un día después del asesinato de los guardias civiles, según informaciones de la web de RTVE recogidas por otr/press. De hecho, el acusado afirmó que incluso recriminó el uso del subfusil con el que al parecer se cometieron los crímenes a sus compañeros anarquistas, puesto que anteriormente él mismo la había utilizado.

   En este sentido, 'El Solitario' subrayó que no puede pedir perdón por "algo que no he hecho" y relató se enmarcó dentro de la ideología "antisistema" y "anarquista". Preguntado por la acusación particular sobre si se consideraba un atracador profesional, labor por la que se ganó la reputación, Giménez Arbe negó esta condición. En cambio, se definió como "un expropiador de bancos a mucha honra".

PRUEBAS

   En respuesta a su abogado, Giménez Arbe puso en duda los relatos de los testigos, algunos de los cuales le vincularon con los crímenes. Uno de ellos afirmó que pudo ver a quien conducía el Suzuki en el que supuestamente se desplazó el acusado y por "la melena y los rasgos de la cara" identificó a Giménez Arbe entre varias fotografías mostradas por la Guardia Civil. Asimismo, otra de las personas identificó al imputado como la persona que conducía un todoterreno pequeño situado detrás del coche patrulla.

   Por otra parte, en respuesta al fiscal, Giménez Arbe dijo desconocer "absolutamente" por qué la Guardia Civil asegura que fue visto el 9 de junio de 2004 en un control de carretera realizado en un cruce cercano de Castejón, en un Suzuki Samurai similar al que supuestamente se utilizó en los asesinatos. "Eso es lo que dice la Guardia Civil", relató al respecto.

MEDIO SIGLO DE CÁRCEL

   Está previsto que declaren 47 testigos en el juicio iniciado hoy, después de que el 30 de junio se suspendiese la vista por incomparecencia del letrado de Giménez Arbe. Aunque el abogado defensor, Marcos García-Montes, pide la absolución, el fiscal acusa al imputado de dos delitos de asesinato, uno de tendencia ilícita de armas y otro de atentado a agente de la autoridad, motivo por el cual pide un total de 52 años y medio de prisión. Además, pide una indemnización de 200.000 euros para cada uno de los padres de José Antonio Vidal y otros para 200.000 euros para el padre de Juan Antonio Palmero, los dos guardias civiles presuntamente asesinados por 'El Solitario'.

   Por su parte, la acusación particular, en nombres de las familias de los fallecidos, solicita un total de 54 años y medio de cárcel, además de una indemnización de 1,2 millones de euros para sus padres. La acusación popular, ejercida por la Asociación Independiente de la Guardia Civil, pide 57 años de cárcel.