Zapatero se centró en pedir una mayoría más amplia en una campaña interrumpida por ETA

Actualizado: sábado, 8 marzo 2008 13:47

Los debates electorales marcaron la agenda y el tono y definieron temas clave de sus discursos

MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Gobierno y candidato socialista a la reelección, José Luis Rodríguez Zapatero, tenía previsto cerrar ayer su campaña electoral en la plaza de toros cubierta de Leganés (Madrid), pero el asesinato a manos de ETA del ex edil de Mondragón Isaías Carrasco puso fin a una campaña que, además, se vio marcada por los debates electorales.

La Cubierta de Leganés, con un aforo de más de 12.000 personas según su página web, habría puesto el broche a una campaña en la que Zapatero se ha atrevido con grandes recintos -las plazas de toros de Valencia y Zaragoza, el velódromo de Dos Hermanas, el Palau Sant Jordi de Barcelona_y conseguido una afluencia que ha hecho pensar al PSOE que ha logrado al menos uno de los objetivos de su campaña: movilizar.

El objetivo del PSOE en estas elecciones conseguir una "mayoría más amplia" para no tener que negociar cada uno de sus proyectos y "desterrar la crispación" mostrando al PP que su estrategia en esta legislatura estaba equivocada.

Para ello, Zapatero dedicó la primera parte de la campaña a enfatizar las diferencias entre el PSOE y el PP, un mensaje de "no es lo mismo", y a partir del ecuador hizo más hincapié en pedir el voto para un gobierno de valores progresistas a todo el que esté convencido de que "España puede."

La paz, la "firmeza" frente al poderoso y el apoyo al débil, pensiones, salarios mínimos, ayudas a la vivienda y a la familia, derechos humanos de los inmigrantes y derechos civiles de los ciudadanos han sido los elementos que Zapatero ha querido usar como cartas de presentación.

"Nunca cambiaré mis principios por un puñado de votos" o "nosotros no tenemos el apoyo de los poderosos, sólo tenemos el apoyo de los ciudadanos" han estado entre las frases más repetidas por el candidato en la segunda mitad de la campaña.

HAY QUE IR A VOTAR

Consciente de que el votante progresista es menos 'disciplinado' a la hora de ir a las urnas PSOE concentró su campaña en decir a los ciudadanos que sólo hay dos opciones: o gobierna el PSOE -presentado como defensor del progreso y los derechos-- o gobierna el PP -al que han dado imagen de autoritario y alejado de los trabajadores_y que no basta con querer que ganen los socialistas, hay que ir a votar.

Para mantener la movilización, Zapatero ha insistido también en que su partido no da las elecciones por ganadas, pero las encuestas internas del PSOE mostraron que su diferencia con el PP aumentaba a partir del primer debate electoral con el candidato de la oposición, Mariano Rajoy.

El PSOE tuvo la primera encuesta con intención de voto tras el debate dos días después, el miércoles, y el jueves Zapatero, en un mitin en La Coruña, empezó a transmitir una mayor confianza: "¿Sabéis quien va a ganar las elecciones? --fueron sus primeras palabras-- las van a ganar quienes no insultan, quienes creen en España, quienes creen en el futuro y quienes están dispuestos a trabajar unidos por todos los españoles".

A partir del día siguiente, el líder socialista se dedicó también a hacer buen uso de las palabras del secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, que dijo al 'Financial Times' que el PP pensaba desmovilizar al votante progresista sembrando incertidumbre con la economía, la inmigración y el nacionalismo -palabras que luego desmintió--.

Si hasta entonces Zapatero decía a los 'populares' que "quien siembra miedo a un país libre" sólo obtendrá en las urnas la derrota, desde entonces se lanzó también a destacar que no se gana con abstención, sino con votos.

Tras el segundo debate, que se celebró el lunes 3 de marzo, Zapatero trató de sacar partido a lo que el PSOE consideró el error más grave de Rajoy en esa cita: hablar una y otra vez de la guerra de Irak e incluso acusar a Zapatero de haber apoyado la guerra. Zapatero recuperó el 'no a la guerra' para pedir a los jóvenes que, igual que en 2004, vayan a votar.

En la segunda mitad de la campaña, el líder socialista se ha concentrado además en pedir el voto de los 1,7 millones de jóvenes que votan por primera vez en unas generales, los 8,5 millones mayores de 65 años y las mujeres, insistiendo en que un Gobierno socialista es el único que apostará por una igualdad plena.

Zapatero no ha olvidado tampoco la necesidad de movilizar a los votantes en dos comunidades clave: Andalucía y Cataluña, visitando Sevilla, Córdoba y Málaga y dándose un auténtico baño de multitudes en el Palau Sant Jordi de Barcelona, un recinto que el PSOE no visitaba en una campaña de generales desde 1996, acompañado por Felipe González.

TERRORISMO, POCO PRESENTE EN LOS MÍTINES

Concentrado en defender una agenda progresista, el terrorismo de ETA no tuvo un lugar preeminente los mítines de Zapatero y la mayoría de las veces que lo mencionó fue para afear al PP su "hipocresía" y "deslealtad" al usar el terrorismo como elemento de oposición. Así, afirmó que el PP "dejará en la historia de este país la lamentable huella" de haber "debilitado" al Gobierno en la lucha antiterrorista.

No obstante, sí tuvo un recuerdo para sus víctimas el mismo día del inicio de la campaña, ya que recordó que la campaña a de 2004 se vio sacudida por el atentado islamista del 11-M y quiso homenajear a éstas y a todas las víctimas del terrorismo.

También en el multitudinario mitin del sábado 23 de febrero en la plaza de toros de Valencia, dos día antes del primer debate electoral Zapatero dejó claro que no pediría disculpas por "haber intentado la paz".

En ese primer debate el terrorismo de ETA sí que fue uno de los temas centrales y uno de los momentos más tensos fue cuando, al final, Rajoy acusó a Zapatero de haber agredido a las víctimas del terrorismo y mantuvo su acusación a pesar de las protestas de Zapatero.

Sólo dos días después, Zapatero protagonizaba un acto en Barakaldo, y allí pidió el voto "para acabar con ETA" y reclamar a la sociedad vasca que no dé "amparo" ni "respiro" a los violentos. En ese mismo acto, el secretario general del PSE, Patxi López, volvió a rechazar la acusación de Rajoy y provocó uno de los momentos más emotivos de la campaña, con todo el auditorio en pie, al nombrar a varios socialistas víctimas de ETA.

En el segundo debate ETA volvió a ser un tema clave. Los 'populares' criticaron especialmente que el candidato socialista comparara el número de víctimas por terrorismo de esta legislatura con los de la legislatura pasada. El PSOE replicó que no era la primera vez que se usaba este argumento -ya lo hizo Zapatero en el primer debate_para desmentir la constante afirmación del PP de que en 2004 ETA estaba muy débil y que el Gobierno actual la ha fortalecido.

Desde ese momento, Zapatero reforzó su acusación al PP de hacer un uso partidista del terrorismo y su idea de que si la derecha pierde las elecciones para que cambie de estrategia.

En esa idea abundó también Felipe González en el Palau Sant Jordi, en el que fue el último mitin de la campaña. "Ayúdenme a enseñarles a perder para que algún día sepan ganar", reclamó González en un discurso en el que, además, dio su respaldo a la política antiterrorista del Gobierno de Zapatero.