Zapatero culpó a dos cardenales de iniciar la polémica ya que no había ningún problema entre Iglesia y Gobierno

Actualizado: miércoles, 9 enero 2008 13:04

Precisó que no se va a callar, que "cada uno" debe estar "en su sitio" y que él no iba a decir a la Iglesia qué tiene que hacer

MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy en el Fórum Nueva Economía, que el Gobierno no tenía ningún problema con la Iglesia y que cuando "todos estábamos tan felices" son dos cardenales españoles quienes realizan acusaciones contra el gobierno que no son "asumibles", ni reales. Por ello, dejó claro que no se va a callar porque "cada uno" debe "estar en su sitio" y apuntó que él no se atrevería a decir "qué es lo que tiene que hacer la Iglesia católica para mejorar algunos de sus objetivos".

Zapatero rechazó la propuesta que realizó IU de llamar a consultas al Nuncio del Vaticano. Por el contrario, le saludó ya que se encontraba presente en la sala y también le elogió, apuntando que lo que va a hacer, no es llamarle a consultas, sino aceptar la invitación que tiene "desde hace tiempo" y va a ir a "tomar un caldo a la Nunciatura" para cumplir este compromiso.

Tras esta precisión, el jefe del Ejecutivo rechazó la acusación de que el Gobierno haya iniciado una ofensiva contra la Iglesia católica como dice que ha leído en algún medio de comunicación. "Uno se sorprende hasta el límite de lo insólito, de lo fantástico", apostilló.

Recordó que en fechas de "paz, de unión, de entrañables,...", justo a la mitad "entre la Natividad del Señor y de la Epifanía", durante un acto religioso, dos cardenales españoles dicen "nada más y nada menos que las leyes de un Gobierno democrático hacen retroceder los derechos humanos" y "que las leyes de un gobierno democrático, que amplían derechos individuales, disuelven la democracia".

"Nada más y nada menos, en fechas Navideñas, se hace este ataque serio por dos cardenales, al Gobierno", recalcó Zapatero en tono irónico --lo que provocó la risa de numerosos asistentes al encuentro-- y exclamó: "resulta que es el Gobierno quien inicia, si estábamos todos tan felices, si no había ningún problema entre la Iglesia y el Gobierno".

Añadió que, además, desde que está Paco Vázquez en el Vaticano "las cosas transcurrían con cierta placidez". "Ya sabemos que tenemos diferencias, pero, bueno, en fin, nos podemos sentar perfectamente a comer", recalcó.

Según Zapatero, "esto no tiene sentido", y apuntó que la crítica es "exagerada" hacia leyes que ya están consolidadas. En este sentido, dijo no poder entender la "obsesión" con el "tema del divorcio" y afirmó que ahora no es que haya más divorcios, sino que antes la gente tenía que esperar más tiempo para divorciarse y la ley lo que evita son "tiempos de sufrimiento y de convivencia absurda". "Esto simplemente es respetar los derechos individuales", apostilló.

TAMBIEN SE INCREMENTAN LAS ANULACIONES MATRIMONIALES

Calificó de "llamativo" y dijo que "no cabe en ninguna cabeza razonable" que se obligue a la gente a convivir cuando se ha acabado ya la convivencia. En este punto, añadió, provocando de nuevo la risa de los presentes, que también "es verdad que el número de anulaciones matrimoniales tampoco desciende, ¿no?, sino que es bastante notable".

Dijo comprender y respetar que el Vaticano y la Iglesia con la interrupción voluntaria del embarazo o con el matrimonio entre personas homosexuales, pero dijo que "de ahí a decir que es un ataque a los derechos humanos o disuelve la democracia", no es "asumible" porque "es irreal".

Zapatero considera que la democracia supone el respeto a la pluralidad y que todo el mundo tiene la obligación también de respetar la mentalidad de una familia cristiana, de parejas que deciden tener "10 o 12 hijos, que no están de acuerdo con el divorcio, que nunca lo practicaría".

"Yo lo respeto profundamente, tienen todo el amparo de la Constitución, todo, y a todas las personas que quieran profesar una religión, lo que no tienen el amparo es a impedir que aquellas personas que tengan otras creencias, otras convicciones, otras opciones, puedan ejercerlas, es que esto es el ADN de la democracia y de la libertad", argumentó.

El presidente apuntó que "nuestra Constitución es sabia en este apartado", al señalar que España es un "Estado aconfesional" --"sólo faltaría en todos los estados democráticos", exclamó--, pero añade que "hay que tener una relación singular con la Iglesia católica".

Señaló que ese es el mandato que ha cumplido siempre y que ha defendido y defiende. "Por eso tenemos unos acuerdos y queremos seguir manteniéndolos", recalcó. Sin embargo, quiso dejar claro que no se pida que "nos callemos", cuando "desde voces tan representativas de cardenales se nos acusa de que con estas leyes retrocedemos derechos humanos o disolvemos la democracia".

"No nos vamos a callar", exclamó y, tras recalcar que respeta que la Iglesia no esté de acuerdo con la Ley de Matrimonio homosexual, quiso dejar claro que "las cosas, en su sitio y cada uno en su sitio".

"No me atrevería yo a decir que es lo que tiene que hacer la Iglesia católica para mejorar algunos de sus objetivos, no lo voy a hacer", concluyó.