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PAMPLONA, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Red Civivox ha organizado este martes una excursión para observar las Perseidas en las cercanías de Pamplona. El plazo de inscripción para realizar la visita ya está abierto y la matrícula puede realizarse en los centros civivox por un precio de 22 euros, en el que se incluyen tanto el autobús como el guía encargado de la excursión.
Quienes se apunten a la visita se adentrarán en las cercanías de Pamplona para observar las Perseidas. Además, se contemplarán cuerpos celestes como la Estrella Polar, la Osa Menor y la Osa Mayor, constelaciones como la de Perseo, que da nombre al acontecimiento, o las de Libra, Acuario y Piscis, así como otros muchos cúmulos brillantes.
Si la oscuridad del cielo lo permitiera, se podría observar el resplandor de la Vía Láctea atravesando el firmamento, así como el planeta Marte y la Luna, que será el objeto más luminoso del cielo, ha destacado el Consistorio pamplonés en una nota.
El público que desee asistir a la salida deberá llevar ropa de abrigo (guantes, gorro y forro polar), mantas, algún tipo de soporte como esterillas o asientos plegables, prismáticos y cualquier otro elemento útil para visualizar las estrellas.
Además de la observación a simple vista, se facilitará a los asistentes el uso de un telescopio Schmidt-Cassegrain, prismáticos 7X50, punteros láser, prismáticos de mano, planisferios, mapas celestes y lunares, y documentación a cargo de la organización.
Antes de anochecer se realizarán juegos para explicar la orientación, puntos cardinales, sistema solar, etc., y se impartirá una sesión sobre cometas.
Las Perseidas pueden verse desde finales de julio hasta mediados de agosto y el radiante de esta lluvia, situado al norte de la constelación de Perseo (cerca del Doble Cúmulo), alcanza su mayor altura al final de la noche.
Son también conocidas con el nombre de 'Lágrimas de San Lorenzo' porque el 10 de agosto es el día en el calendario cristiano dedicado a este santo. En la Edad Media y en el Renacimiento, las Perseidas tenían lugar la noche en la que se recordaba a San Lorenzo, de tal manera que el fenómeno se asoció a las lágrimas que vertió este santo al ser quemado en la hoguera.
