Condenado a 18 meses de prisión un joven que agredió a un policía con una botella en la Catedral de Pamplona

Actualizado: viernes, 24 marzo 2006 19:56

PAMPLONA, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

El juzgado de lo Penal número 1 de Pamplona ha condenado al pamplonés Ian Tabar Beltrán a dieciocho meses de prisión como autor de un delito de atentado por agredir con una botella de cristal a un policía municipal en las inmediaciones de la Catedral de Pamplona el pasado 8 de septiembre de 2004, coincidiendo con la celebración de los actos del denominado 'Privilegio de la Unión'.

Además, se le impone una multa de 90 euros por una falta de lesiones, y se le condena igualmente a indemnizar al funcionario de Policía Municipal con 650 euros por las lesiones ocasionadas en el codo. La agresión se produjo en el momento en el que varios agentes se dirigían hacia sus vehículos con dos mujeres que se habían encadenado desnudas al tejado de la Catedral para protestar por el desalojo del Euskal Jai, llevado a cabo un mes antes.

Las mujeres, Arrate Febrero Vadillo, natural de Vitoria y vecina de Pamplona, y Ane Miren Muela Brouard, nacida en Bilbao y residente en Pamplona, han sido condenadas asimismo a doce días de localización permanente y a una multa de 180 euros a cada una, como autoras de una falta de alteración del orden.

Según relata la sentencia, sobre las 16,30 horas del 8 de septiembre de 2004, las dos mujeres, ambas mayores de edad y sin antecedentes penales, se subieron al tejado de la Catedral y, tras colocar una pancarta con un texto alusivo al desalojo, se desnudaron, una totalmente y la otra parcialmente, y se encadenaron a una cruz de piedra con una sirga y un candado, del que no tenían llave.

El texto indica que las dos mujeres permanecieron allí mientras eran coreadas y aplaudidas por un grupo de personas que se encontraban en las inmediaciones del templo con la misma finalidad de protesta, y subraya que la intención de las acusadas era la de "alterar, de alguna manera, el normal desarrollo del evento".

Para evitar altercados y riesgos, se decidió que la Corporación Municipal, que acudía en procesión a una misa, accediera y saliera del edificio por una puerta lateral, y no por la entrada principal.

Requeridas por funcionarios policiales que subieron hasta donde se encontraban las dos mujeres, las acusadas manifestaron que no podían bajar "porque no tenían la llave del candado con el que estaban sujetas", por lo que los agentes decidieron esperar a la llegada de material adecuado para soltarlas y bajarlas de forma segura, lo que sucedió a las 21,30 horas, sin ningún tipo de resistencia, según la sentencia. Fueron trasladadas hasta un vehículo policial para ser conducidas a las dependencias policiales para identificarlas.

En el momento en el que eran introducidas en el vehículo, un grupo de unas cincuenta o sesenta personas que se encontraban en las inmediaciones y que había lanzado huevos y otros objetos al paso de la Corporación Municipal, "increparon a los funcionarios policiales, acercándose a ellos de forma agresiva", lo que hizo que los policías, al carecer de material antidisturbios o de protección realizaran "una pequeña carga".

Según relata la sentencia, mientras los agentes retrocedían, el acusado Ian Tabar, sin antecedentes penales, lanzó una botella de cristal tipo 'litrona' hacia donde estaban los funcionarios policiales. Un agente sufrió lesiones que sólo requirieron para su sanidad una primera asistencia facultativa, que tardó en curar 15 días, 12 de los cuales estuvo incapacitado para trabajar.