Quimio-radioterapia preoperatoria y cirugía radical, tratamiento más seguro en determinados tumores rectales

Actualizado: lunes, 21 enero 2008 12:30

PAMPLONA, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un estudio internacional, en el que ha participado la Clínica Universitaria de Navarra junto a otros cinco centros médicos, ha demostrado la eficacia de aplicar quimioterapia y radioterapia preoperatorias seguidas de cirugía radical en el tratamiento de determinados tumores de recto.

En el estudio multicéntrico participan, además de la Clínica Universitaria de Navarra, dos centros oncológicos de Estados Unidos, el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York y el MD Anderson Cancer Center de Houston; dos italianos, la Clínica Gemelli y la Universidad de Padua; y el Centro Nacional del Cáncer de la República de Corea (Corea del Sur).

El trabajo ha sido coordinado y realizado conjuntamente por el doctor José G. Guillém, cirujano del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, y por el doctor Juan Antonio Díaz-González, oncólogo de la Clínica Universitaria de Navarra.

En total han sido estudiados 188 pacientes -43 tratados en la Clínica Universitaria-, todos ellos diagnosticados de tumores localmente avanzados con estadio T3, que se caracterizan porque infiltran la grasa perirrectal.

Además, todos los pacientes presentaban la singularidad de no manifestar afectación de los ganglios linfáticos en los estudios previos al tratamiento (categoría N0).

"Este grupo de pacientes ha despertado un gran interés en los últimos años, ya que se ha sugerido que podrían ser pacientes sobretratados si se utiliza quimioterapia, radioterapia y cirugía radical (resección total del mesorrecto), y podrían ser candidatos a tratamientos más conservadores", explica el doctor Juan Antonio Díaz-González, coautor del estudio publicado en el último número de la revista de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, "Journal of Clinical Oncology".

Entre los firmantes del artículo figuran también los doctores Javier Aristu, del departamento de Oncología de la Clínica Universitaria de Navarra, y el doctor, José Luis Hernández, del departamento de Cirugía General del mismo centro médico.

ESTUDIOS EN LOS 80

En los años 80, se llevaron a cabo una serie de estudios, a partir de los que el National Institutes of Health (NIH) de los Estados Unidos estableció que el tratamiento estándar de los tumores de recto T3, incluso sin afectación de los ganglios linfáticos, sería la aplicación de quimioterapia y radioterapia tras cirugía radical.

"Sin embargo, análisis posteriores sugirieron que, precisamente en este subgrupo de pacientes sin afectación ganglionar, quizás no sería necesario un tratamiento de quimio y radioterapia combinada postoperatoria, ya que los resultados con quimioterapia tras la cirugía eran similares a los del tratamiento combinado", explica el facultativo.

En los últimos años se ha establecido como nuevo estándar la quimioterapia y radioterapia preoperatoria. En este nuevo escenario, no se conoce si los pacientes que no presentaban afectación ganglionar antes del tratamiento constituyen un grupo de menor riesgo susceptible de tratamiento más conservador.

Por otra parte, con el tratamiento preoperatorio, se ha constatado que en una proporción importante de casos los tumores responden de forma considerable, "de ahí que algunos cirujanos se preguntaran sobre la necesidad de practicar una cirugía tan amplia si quizás fuera suficiente una cirugía más localizada", describe el oncólogo. El dilema que se plantea entonces es si en los pacientes sin afectación ganglionar es necesario mantener el tratamiento combinado de quimioterapia y radioterapia preoperatoria con cirugía radical o se puede optar por prescindir de alguno de estos elementos terapéuticos.

El estudio multicéntrico recién publicado en la revista americana se centró, por tanto, en un grupo de pacientes con un tumor T3 sin evidencia de afectación tumoral de los ganglios linfáticos (N0).

Todos ellos habían sido tratados con quimioterapia y radioterapia preoperatoria seguida de cirugía radical en los seis centros participantes. "Conseguimos así, entre los 6 centros, la casuística más numerosa publicada de este subgrupo particular de pacientes, tratados de una manera muy homogénea", apunta el doctor Díaz-González.

Además, la extensión local del tumor y la ausencia de afectación ganglionar se había estudiado en todos los casos con las mejores técnicas exploratorias actuales, que son la ecoendoscopia endorrectal y la resonancia magnética. Se excluyeron pacientes estudiados únicamente mediante TAC.

Todos los pacientes se habían tratado con esquemas de tratamiento muy similares, de acuerdo a los estándares internacionales establecidos. De ahí la homogeneidad del grupo, uno de los rasgos más destacables del estudio. En todos los casos se estudió la situación y extensión del tumor tras la operación quirúrgica.

El estudio de la serie completa demostró que una proporción importante de pacientes presentaba afectación tumoral en los ganglios linfáticos, a pesar de no haber sido identificada previamente y a pesar del tratamiento recibido.

A la vista de los resultados obtenidos en los seis centros participantes en el trabajo, los autores concluyen que "con las actuales herramientas diagnósticas, como es la ecoendoscopia y la resonancia magnética, estos pacientes no se pueden considerar sobretratados si se les administra quimioterapia y radioterapia preoperatorias y cirugía radical".

Se aconseja, por tanto, que se continúe aplicando este tratamiento, "ya que constituye el protocolo más adecuado", subraya el oncólogo de la Clínica Universitaria. "Al mismo tiempo, tenemos que seguir investigando para conseguir una mayor precisión en la estadificación de estos tumores, mejorando las técnicas diagnósticas y profundizando en los conocimientos actuales de la biología molecular. Sólo así seremos capaces de particularizar más los tratamientos".

Cabe destacar que los resultados conseguidos en los diferentes centros participantes son muy similares en cuanto a la respuesta obtenida con la quimioterapia y radioterapia preoperatorias, lo que refuerza los resultados del estudio.

En concreto, "en un 22 por ciento de los pacientes en los que la ecoendoscopia o la resonancia magnética no encontró afectación clínica ganglionar (antes del tratamiento), se identificó después la presencia de ganglios positivos patológicos a pesar del tratamiento aplicado". "Por tanto, podemos concluir que con las pruebas diagnósticas actuales, no se produce sobretratamiento en este tipo de pacientes y deben seguir recibiendo quimio-radioterapia preoperatoria", concluye el especialista.