Una víctima de violencia machista pide que su perra sea considerada como un perro lazarillo

Silvia González entrega 125.000 firmas en el Parlamento foral
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 18 diciembre 2018 14:31

PAMPLONA, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -

Silvia González, víctima de violencia machista, ha entregado este martes 125.000 firmas en el Parlamento de Navarra para solicitar que su perra de protección, llamada Sugui, sea considerada legalmente como perro de asistencia y le pueda acompañar a todos los lugares como los perros lazarillo.

González pide modificar la ley foral 14/2015 para actuar contra la violencia hacia las mujeres y que se incluya en la misma la regulación de los perros de protección para mujeres víctimas de violencia de género. Para ello, ha recabado un total de 125.000 firmas a través de la plataforma change.org, que ha entregado en el registro de la Cámara foral, acompañada de su perra.

En declaraciones a los periodistas, Silvia González ha reclamado que "las mujeres maltratadas podamos optar a un perro de protección en Navarra" y ha defendido que es "necesario" incluir los perros como "otra medida de protección y de apoyo moral y psicológico" para las víctimas de violencia machista.

"Mi agresor tiene como fecha límite el 4 de enero de 2019 para salir de prisión provisional y quiero vivir. No comprendo como una mujer que necesita protección no puede decidir cómo se siente más segura y en mi caso es con mi perra Sugui", ha remarcado.

En su opinión, "esto es aumentar la seguridad contra la violencia machista" y ha pedido "ayuda" para "no ser una muerta más". "Por mi derecho y el de mi familia, quiero ser una chica libre y feliz", ha declarado González, quien ha afirmado que su expareja "ha roto 14 pulseras telemáticas y está obsesionado" por ella y por sus hijos.

"Sugui es mi segunda mano, está 24 horas conmigo, sin ella estoy expuesta a que me maten. Quiero salir a la calle tranquila, llevo aguantando esto 20 años", ha lamentado Silvia González, quien ha criticado que los políticos "se pongan detrás de una pancarta cuando matan a alguien", pero "a las que verdaderamente pedimos ayuda nos cierran los ojos y miran para otro lado".

En este sentido, ha incidido en que sin su perra "no puede hacer una vida normal" porque tiene "miedo" a salir a la calle y ha afirmado que "sólo" pide a los partidos políticos su "derecho a vivir". Además, ha contado que tuvo "un contacto" con los grupos parlamentarios que "escucharon" su caso, pero ha asegurado que "como siempre pusieron carita y ya está, un toque en la espalda y para casa".

"No quieren ser claros conmigo y no hacen más que darme largas. A mí se me acaba el tiempo, el 4 de enero es ya", ha advertido, para destacar que hay otras comunidades que sí tratan a los perros protectores de mujeres víctimas de violencia de género como perros de asistencia.