Publicado 31/07/2018 08:00

Antonio Pérez Henares.- "Aquarius a docenas"

MADRID, 31 Jul. (OTR/PRESS) -

El spot publicitario que el gobierno de Sánchez montó con el "Aquarius" lo vamos a pagar muy caro. Lo estamos pagando ya todos, y al final aunque no se lo crean lo acabaran pagando también ellos, el guionista, los extras, el director y el protagonista de la película. Traernos a Valencia a 600 emigrantes desde la costa Libia, convertirnos en los campeones europeos y hasta mundiales del acogimiento, lanzó un mensaje de tal fuerza hacia África que la respuesta ha sido fulminante, masiva y creciente a cada día que pasa. Ya, desde luego, no nos hace falta irnos a recogerlos hasta el golfo de Sicilia. Ahora nos vienen por tierra y por mar, llegando a nuestras playas o asaltando nuestras fronteras, en oleadas cada vez mayores y que no han hecho sino comenzar siquiera. Nos hemos convertido en el puente y la puerta. Es más, lo hemos, mundialmente ofrecido.

La irresponsable prédica tiene como conclusión final el que deben de desaparecer los impedimentos de entrada, debe abrirse de par en par la puerta y acoger a todo el que venga. Además darles comida, asistencia medica, educativa y hasta un salario de subsistencia. Y la pregunta que se empiezan a hacer los españoles es ¿a cuantos? Y ¿Quién y como lo pagamos?. Ya van dos decenas de miles largas, esperando turno en la costa marroquí hay ya mas del doble prestas al viaje y ante las vallas de Ceuta y Melilla auténticas tropas organizadas dispuestas a ejercer la violencia para derribarlas y pasar por encima de nuestra Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que son impunemente agredidas. Cientos de miles más ya están variando sus rutas, conducidos por la mafias, por el Sahel y desde el África profunda para confluir al otro lado del Estrecho.

Eso es a lo que ha conducido el spot publicitario del "Aquarius", el efecto real de la campaña publicitaria realizada mayor gloria de la imagen de Pedro Sánchez. Porque quienes han recibido el mensaje han sido esos millones de africanos que quieren venir a vivir a Europa. Porque son millones, decenas de millones, mas de 100 y hasta 200 millones la cifra inmensa de la avalancha de todo un continente dispuestos a emprender el éxodo. ¿Pero puede Europa soportarlo? ¿Puede sobrevivir a ello?.

Para algunos la respuesta es muy clara. Los europeos, culpables y reos de pecados originales históricos no tenemos ni siquiera derecho a preservar nuestros territorios, ya no digamos de nuestro nivel de vida, ni nuestro bienestar y ¡que tontería! nuestra civilización, nuestras leyes, nuestros derechos individuales y colectivos y normas de convivencia. El mismo hecho de la frontera, de cualquier impedimento, de impedir la entrada es para ellos un acto "fascista", "xenófobo" y "racista". Y con el calificativo adosado como sambenito ya queda la discusión zanjada y resuelta.

Pero no lo está y menos aún va a estarlo. Y el insulto ideológico y la presunción de superioridad moral de quienes los profieren van a chocar, como lo están haciendo en todos los países, con la realidad, los hechos y el creciente rechazo a la demagogia desatada y a la irresponsabilidad galopante. Ello sin entrar en los agravios de quienes se ven apretados en sus vidas, han de esforzarse hasta el límite, han trabajado muy duro, se han ganado sus derechos, nos les han regalado nada ni van a regalárselo. Y esas gentes no son los grandes potentados, los que viven en las grades mansiones alejados de la plebe y que a los emigrantes solo los rozan si son quienes le abren la puerta o les planchan la ropa. No. Son las gentes del pueblo llano quienes, así ha sucedido en tantas naciones vecinas y de larga trayectoria democrática, ponen pie en pared y reaccionan. Entonces los editorialistas de los medios progres les llaman "ultraderechistas" y con ello ya consideran resuelto intelectualmente el asunto. Pero el problema crece y cada vez es más grave y amenazante. Porque en pateras, y aunque allí no vayan los prebostes a recibirlos con cámaras, periodistas, las ONG todas y el padre Ángel siempre, ya llevamos desembarcados docenas de "Aquarius". Sánchez quería uno solo para su Spot propagandístico pero ahora nos los vamos a tener que "beber" a cientos.

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