Publicado 13/03/2018 08:00

Antonio Pérez Henares.- Retratados

MADRID, 13 Mar. (OTR/PRESS) -

La semana parlamentaria de esta semana va a ofrecer ciertos retratos que algunos no quieren enseñar. La foto puede que les saque el perfil por el que no les gusta que les enfoquen porque es el lado que no quieren mostrar. El pleno monográfico sobre pensiones y la decisión de ir hacia adelante con la derogación de la Prisión Permanente Revisable.

El terrible desenlace de la desaparición del niño almeriense, Gabriel, con la detención de la pareja sentimental del padre transportando el cadáver del pequeño se ha unido en el tiempo a la vomitiva carta del homicida gallego de la joven raptada, asesinada y también arrojada a un pozo donde este se jactaba de poder salir de prisión en 7 años. Ambos casos, excepcionales en su repulsiva atrocidad, son contundentes argumentos contra el intento de derogación de una medida legal, no solo homologada y en vigor en toda Europa, sino perfectamente compatible con nuestra Constitución, al veredicto de cuyo tribunal ya no se quiere ni siquiera aguardar, y que se sustenta en la razón el mínimo sentido común de las víctimas y de la propia sociedad ante casos extraordinarios de vesania y crueldad con gravísimo riesgo de repetición. Reitero, casos excepcionales, de hecho solo se ha aplicado hasta el momento en una ocasión, al parricida de Moaña, que asesinó y descuartizó a sus dos hijos, y siempre con la posibilidad de revisión pero que protejan también a la sociedad de sicópatas homicidas o violadores asesinos cuya puesta en libertad se traduce en un riesgo inmediato de repetición de los delitos.

Pues bien, contra la Prisión Permanente Revisable y para su derogación van a unirse los votos de Podemos y del PSOE a quienes se sumarán los nacionalistas vascos, es una iniciativa del PNV, y de los separatistas catalanes. Se retratarán. Pero también Ciudadanos quedará retratado, aunque ahora pretenda enseñar solo su otro perfil. Porque resulta que si la situación ha desembocado donde ahora está es directamente por su culpa. En su mano estuvo el poderlo evitar, pero con su abstención y un discurso favorable totalmente a la derogación, permitieron primero la aprobación de la moción y hace nada, su desbloqueo en la Mesa del Congreso que dará muy posiblemente lugar a la eliminación de la medida legal. Ahora escenifican con grandes aspavientos, excusas, escapismos, llamadas a los demás para evitar lo que ellos y solo ellos les han permitido perpetrar. Lo hacen porque Rivera es consciente de la grave equivocación y teme, en este momento tan dulce de encuestas, que algunos le vean la cara que no quiere dejar ni entrever.

Porque la ciudadanía española, en una inmensa mayoría, trasversal y que es concluyente incluso en Podemos, no desea en absoluto que se produzca tal derogación. Y que no vengan con gaitas de "legislar en caliente" porque es algo ya legislado y los hechos repetidos y reiterados no son precisamente calenturas sino, aunque excepcionales, constantes y de repetición previsible. Desde luego sobre este asunto, de indudable trascendencia, ya verán como no se atreven a chistar con referéndum ni con solicitudes de opinión. Porque conocen bien cual es la respuesta y por ello han de ser señalados como quienes violan a sabiendas la voluntad de la sociedad española en su conjunto y sus votantes en particular. Los cerca de tres millones de firmas recogidos en un verbo se los van a pasar por el escaño sin la menor consideración. Y mira que me gustaría equivocarme en esto...

La otra foto, la de las pensiones, también puede resultar un retrato no deseado. Lanzar gentes a la calle y soltar la consigna fácil por alfombras televisivas de la agitación es una cosa. Otra es el verdadero problema de unas pensiones cuyo monto es cada vez mayor y que puede resultar insostenible y acabar por colapsar y donde la demagogia es el peor ingrediente que se puede añadir. Hay pensiones muy bajas que es preciso subir, pero pretender que estamos en jauja y que barra libre y a gastar lo que no se puede pagar puede delatar a nada las intenciones de unos y como nos podemos quedar los demás si les seguimos como los ratones al flautista de Hamelín. Rajoy se la juega y va señalado como el malo pero a ver en qué se quedan los buenos después de pasarlos por el revelador. A ver si resulta que el negativo que no se quiere enseñar es lo que de verdad tenemos que mirar si no nos queremos quedar velados y a dos velas de verdad.