Actualizado 05/06/2018 12:02

Antonio Pérez Henares.- Sin urnas pero en campaña permanente

MADRID, 4 (OTR/PRESS)

Sánchez es un presidente legítimo. Es una verdad incontestable. Ha sido elegido dentro de nuestras reglas constitucionales por el Parlamento. Que supone una auténtica aberración democrática. Pues también es otra verdad. No solo porque que tuvo en urnas un escuálido apoyo (22%-85 escaños) , el peor en la historia de todos los peores del PSOE, sino porque para auparse a la Moncloa lo ha hecho subido en los hombros de aquellos a los que se comprometió a no hacerlo jamás, los separatistas cuya única proclamada y activada, es la descuartizar la Nación, sus declaraciones y las de su número 'dos' Abalos en el pasado enero, ahí están y su mentira también). A ellos hay que añadir a los bilduetarras que agasajan y jalean a los asesinos etarras cuando salen de las cárceles y siguen despreciando y acosando a las victimas y no olvidar a la extrema izquierda podemita.

Eso, precisamente eso es lo que ahora y en una campaña que ya ha comenzado de "Olvido Histórico" y blanqueo del ayer mismo, se va a intentar borrar de la mente colectiva de los ciudadanos. Eso, ya verán, es que ni ha existido jamás. Que Sánchez ha llegado a la Moncloa porque ganó las elecciones vamos, como la cosa más normal. Recordar lo que en verdad sucedió será difícil y los medios de comunicación alineados en gran medida y dentro de nada casi a la totalidad con la izquierda y el populismo se van a fajar en la tarea de que, a nada, de "eso" no quede recuerdo, ni rastro, ni imágenes, ni totales ni ná de ná.

Pero Sánchez es el Presidente. Y va a intentarlo ser hasta que no le quede otra que convocar lo que dijo que en "unos meses", "a la mayor brevedad" pero de lo que ahora ya ni se acuerda ni se va a acordar ahora: las elecciones. Que es una cosa esta de lo más curiosa e inaudita. Ellos que siempre andan con consultar a la militancia y a las bases (luego ya se ve que cuando al caudillo no le viene bien, pues no y ya está está) de lo que no quieren saber la opinión pero vamos que ni hablar es de la base general, o sea de los ciudadanos, del pueblo soberanos. Esos, según parece, ni son bases ni son pueblo ni son nada a lo que haya que consultar. De votar, ni hablar.

Pero insisto, Sánchez es el Presidente y serán a partir de ahora, como elemento esencial de juicio, sus próximos hechos los que haya que juzgar. Y a ellos, con honradez intelectual es a lo que habrá que atenerse. Los antecedentes no son buenos y las compañías de echarse a temblar, pero serán sus actos propios y los de su gobierno los que habrá que valorar. Esa habrá de ser, por encima de cualquier otra, la vara de medir y el baremo que aplicar. Más allá de las sospechas que se puedan tener y se tienen de lo pactado y ocultado, de lo que se pretende escamotear al conocimiento general, pero que sin duda aflorará. Entonces, cuando lo haga será el momento. Ahora, sobre la sospecha, por muy fundada que esté, no se puede ni juzgar ni. Aun menos, condenar.

No tardaremos en conocerlo. Los acontecimientos se van a ir sucediendo con la misma endiablada celeridad que lo han hecho hasta ahora. No va a haber respiro. No lo van a tener, ni lo van a dar, ni ellos, ni los que han llegado al Gobierno, ni los que se han ido a la oposición. No va a haber elecciones, pero desde ya estamos y esta vez de hoz y coz en plena campaña electoral. Todo es desde ya pura y simple campaña electoral.