Publicado 04/03/2018 08:00

Carmen Tomás.- Empleo y pensiones

MADRID (OTR/PRES)

El debate sobre la revalorización de las pensiones y la sostenibilidad del sistema público ha salido a la calle. Los partidos de izquierda, a ratos Ciudadanos y los sindicatos mayoritarios han decidido hacer con este importante asunto mucha demagogia y sacar la discusión y las soluciones fuera del Pacto de Toledo. Cierto que los pensionistas son 9 millones de personas y han salido a la calle unos cuantos miles agitados por los que prefieren el activismo a la discusión, la negociación y el diálogo. En unos días, el presidente del gobierno acudirá al Congreso a un pleno monográfico. Rajoy, según el portavoz gubernamental, espera que el debate sea serio y no se convierta, como está ocurriendo estos días, en una puja a ver quien da más ocultando lo más importante: cómo piensan afrontar ese mayor gasto que supone volver a subir las pensiones en función del IPC. No les están diciendo a los pensionistas actuales, los que menos han sufrido con la crisis, que las pensiones se han casi duplicado en los últimos años, que la esperanza de vida ha hecho que cada vez los pensionistas cobren más y más años y que los que pagan sus pensiones son los trabajadores actuales, es decir sus hijos. Tampoco les dicen que mientras ellos no van a tener ningún problema para cobrar sus pensiones, si se tensa el sistema los que lo pagarán con reducciones significativas en su pensión, serán las generaciones futuras. Y otra cosa muy importante, las pensiones son un derecho sí, pero en función de una serie de variables, y además no nacieron para que pudieran vivir de ella varias personas. De ahí la importancia de que se cree empleo, todo el que el crecimiento de la economía sea capaz de generar.

En este momento, después de conocer los datos de febrero, trabajan en España casi 18,4 millones de personas, de las que por cierto 8,5 millones son mujeres. No es suficiente. Lo más importante para que el sistema de pensiones siga siendo a medio y largo plazo es que aumente el número de trabajadores y por supuesto que mejores los salarios, ya que así las cotizaciones también aumentarán. ¿Por qué el sistema es ahora deficitario y ha habido que echar mano de la hucha de las pensiones? A muchos se les olvida que hemos llegado a tener 6 millones de parados y que aún 3,4 millones de trabajadores siguen en el paro y los salarios aún son inferiores a los años anteriores a la crisis. Estas son las variables que hay que cambiar. Engañar a nuestros mayores no puede ser una solución. La factura ya es enorme, mucho mayor de lo que se había podido calcular, y más lo será en los próximos años. De ahí la necesidad de no cargarse el factor de sostenibilidad como pide la izquierda y sí fomentar el ahorro no penalizarlo con más impuestos. Veremos si también con las pensiones triunfa la agitación y hasta donde es capaz el gobierno de explicar y convencer.