Publicado 23/06/2018 08:01

Charo Zarzalejos.- El festival de Génova

MADRID, 23 Jun. (OTR/PRESS) -

En la sede central del PP se viven jornadas frenéticas. Ha sido este vértigo de unas primarias, con nada menos, que con siete candidaturas lo que ha servido para que el principal partido de España saliera del shock que le produjo la moción de censura que se llevó por delante a Mariano Rajoy. De repente, un partido acostumbrado a tener siempre presente y en activo al "padre", se encontró huérfano. Se las tenían que arreglar en solitario. Sin manto protector, sin mano a la que agarrarse y ahí están. Saliendo del trauma con todo un festival de candidaturas que ha sorprendido a propios y extraños.

En la memoria colectiva estaba que Núñez Feijóo, que durante tanto años se ha dejado querer, diera el paso al frente. De haberse producido lo que todos esperaban es seguro que hoy las crónicas serían distintas. Pero Feijóo, entre lágrimas, se ha quedado en Galicia.

Sin Rajoy, sin Feijóo, hay muchas piezas en el tablero. Destacan Cospedal, Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. Es obvio que la eventual pugna entre las dos mujeres más poderosas de la etapa Rajoy suscita un enorme interés, pero la pugna, que la habrá, será una pugna contenida. Ambas son mujeres duras, capaces de no mover una ceja ante la adversidad y sabedoras que una de las dos quedará en la cuneta. En la misma carrera el joven Pablo Casado. Joven pero experto y curtido en más de una dificultad. Se ha lanzado a la carrera y nada ni nadie le va a parar. Llegará hasta el final.

Todos tenemos en la memoria los acontecimientos del PSOE. Ahí estaba Susana Díaz con todo su poderío, mientras Pedro Sánchez recorría España casi, casi en plan mochilero y gano Sánchez. Como del PP no hay experiencias previas no podemos establecer comparativa alguna, pero si algo se puede concluir es que ni los golpes de poderío, ni las declaraciones sonoras de apoyos "de peso" ni nada que resulte medible es garantía o anticipo de los resultados finales.

En el caso del PP, solo dos de quienes concurren pasarán el filtro y aunque ahora nadie quiere integrarse con nadie, mejor esperar ver como transcurren los acontecimientos de aquí al día 4. Cuesta imaginar que el día 5, los afiliados tengan que elegir entre siete nombres. Alguna candidatura decaerá o se sumará a las que tengan más posibilidades.

El PP tiene una gran oportunidad. La crisis, como los disgustos, te llevan por delante o te hacen más fuerte y sería una insensatez, una irresponsabilidad fuera de lo común que los populares se afanaran más en el "festival" que en el día siguiente. Los afiliados tienen la oportunidad de ser auténticos

Protagonistas del futuro de su partido, de subirse al tren de los tiempos. Realmente, el PP esta viviendo un antes y un después y ese después va a depender y mucho de como se gestionen estos días futuros. Si la campaña de cada cual evita encontronazos innecesarios, si juegan limpio, si dejan margen para el acuerdo, el después no tiene por qué convertirse en un hospital de campaña. Ya no hay dedazo en el que escudarse, ni padre a quien echar las culpas. El PP está, por primera vez en su historia, ante su propio espejo.