Publicado 02/02/2018 08:00

Charo Zarzalejos.- Leonor

MADRID, 2 Feb. (OTR/PRESS) -

La imposición del Toisón de Oro a la princesa de Asturias ha supuesto, aunque ella, quizás, aún no lo calibre en toda su dimensión, un antes y un después en la vida de Leonor. Su padre, el Rey, en un magnífico y bonito discurso le puso blanco sobre negro lo que significaba aquel acto que, todo hay que decirlo, fue un acto sobrio pero no por ello poco solemne. Nada tiene que ver la solemnidad con la ampulosidad.

Hasta ahora, y es más que probable que así siga siendo, se ha pretendido que Leonor sea una niña más. Sus padres le han protegido de los focos e incluso han procurado que aún en la calle pasara desapercibida a base bufandas. No hay más que recordar la famosa visita al Museo del Prado con su madre y hermana, en lo que se llama "un plan de chicas". Naturalmente, los esfuerzos fueron baldíos porque todos nos enteramos de la visita en cuestión.

Pero Leonor no es una niña más. Es la única adolescente de España que ya no tiene derecho a ser como el común de los adolescentes. Ya no tiene derecho a los derechos que los adolescentes que por serlo creen que les asisten sí o sí. Su padre se los advirtió: servicio a los demás, ejemplaridad, responsabilidad y servicio a España. ¿Alguien se imagina a Leonor diciendo eso de "no digas nada, que yo controlo"?. Quienes hemos sufrido y padecido sucesivas adolescencias sabemos muy bien eso de "yo controlo" o "mamá, déjalo, que no te enteras de nada".

Es posible que en la intimidad, Leonor reaccione o piense como reaccionan y piensan la mayoría de adolescentes pero le va a dar igual. Su camino está marcado. Su padre, con extraordinaria precisión y sin rodeos, se lo advirtió.

Y lo hizo dando publicidad a un acto como es el de la imposición del Toisón de Oro, que no es el primero que se impone. Todos los anteriores han sido imposiciones casi clandestinas pero el Rey Felipe VI, con enorme acierto, ha modificado el protocolo y así ha enviado a los españoles el mensaje de continuidad de la Corona, la única Institución que, de verdad, da seguridad a la Nación. Una mujer será en el futuro la responsable encargada de que la Corona continúe siendo tan útil a los españoles como lo ha sido hasta el momento presente.

Como ocurre siempre, no han faltado quienes han criticado el supuesto boato. Son aquellos a los que, por militancia o incultura, ven en la Monarquía algo del pasado. Basta mirar el mapa político para desmentir semejante apreciación. Los países más avanzados y democráticos tienen su propia Monarquía. ¿Y el boato?. Antes de hablar convendría que repasaran los actos de las repúblicas. Eso sí que es boato y es natural que al menos una pizca de boato presida los actos tanto de una Monarquía como de una República, boato que yo llamaría liturgia imprescindible en ambas formas de Estado y en cualquier democracia que se precie. Hay que fijarse en EE.UU. A falta de tradiciones centenarias, se han inventado su propia liturgia (toma de posesiones faraónicas, el famoso pavo, etc...) que los americanos respetan y cuidan con orgullo.

El Rey Felipe VI está siendo un gran Rey y publicitar la imposición del Toisón de Oro todo un acierto. Sin liturgia no hay Monarquía ni democracia.

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