Publicado 09/06/2018 08:01

Más que palabras.- Consejo de Ministras

MADRID, 9 Jun. (OTR/PRESS) -

Nada más conocerse el nuevo Gobierno, un grupo de amigas de WhatsApp comenzó a escribir adjetivos para definirlo: "feministras", "Consejo de ministras"... y así hasta diez, todo con un punto de alegría, casi de euforia. Mis amigas, ni son periodistas ni tienen que ver nada con la política. Son profesionales de distinto nivel, pero a todas les une que, de una u otra forma, han sentido como una losa su particular 'techo de cristal'.

Muchas de nosotras estamos convencidas de que, en España, el día que haya una presidenta del Gobierno se habrá dado un paso de gigante, por lo que eso tendrá de ejemplar y ejemplarizante en términos de igualdad, pero está claro que algo se mueve. Que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez haya nombrado a 11 ministras en un gabinete de 17 --representan el 64,7% de los miembros--, lo convierte en el Ejecutivo con más mujeres del mundo y de la historia de Europa. "El hito español supone desbancar al Gobierno finlandés de Vanhanen que, en 2007, había nombrado a 12 ministras de un total de 19, es decir, el 63,1% de los integrantes" podemos leer estos días en los periódicos.

"No es fácil encontrarse este porcentaje de mujeres en los Gobiernos de la OCDE. De hecho, incluso hoy día cuesta ver a Gobiernos paritarios a nivel europeo. A modo de ejemplo, en Grecia, Bélgica o Portugal no se supera el 25% de mujeres en el poder Ejecutivo. Sin embargo, poco a poco las ministras se han ido abriendo paso. Francia o Suecia llegan a un 50%. Costa Rica, con un 56% de mujeres en el Gobierno, o Canadá, con un 51,7%, también han conseguido situarse en las posiciones más altas del ranking" se apuntaba en varias informaciones.

Que Pedro Sánchez haya hecho este Gobierno con mujeres en carteras hasta ahora muy masculinizadas como las económicas y con unos perfiles técnicos de alto nivel no solo pone en valor el auge del feminismo que hemos vivido en España y que se ha visibilizado mucho más desde el 8-M, sino su compromiso con romper esos techos de cristal en la cosa pública, y eso siempre termina reflejándose en la empresa privada. ¡Enhorabuena querida y admirada Soledad Gallego, por esa merecidísima dirección de 'EL PAIS'!.

Es verdad, y justo es reconocerlo, que el PSOE ha abanderado históricamente el tema de la igualdad en asuntos como las famosas cuotas, las leyes cremallera, etc., pero que sea visible en el Gobierno de España es de una potencia extraordinaria. Ayer asistí a la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para ver en directo el estreno de la nueva portavoz.

"Sean bondadosos conmigo. Es mi primer día. Me estreno y ustedes son unos expertos de la comunicación. Me podrían asar. Espero que no sea el caso", dijo nada más sentarse en ese 'potro de tortura' Isabel Celaá en un tono cercano y directo, poco antes de anunciar lo que fue sin duda el gran titular de la jornada: que Hacienda levanta el control de los pagos bancarios de Cataluña. En su estreno nos pidió una tregua a los periodistas, algo lógico cuando apenas lleva unas cuantas horas en el poder. Esa naturalidad habría sido seguramente muy difícil de conseguir si hubiera sido un hombre porque la empatía, máxime si estás en una sala repleta de periodistas que no conoces, le suele ser a ellos más difícil de conseguir. No anunció medidas de impacto, pero ante la reiteración de repreguntas sobre Cataluña hizo una advertencia firme: que el Gobierno hablará "con la Constitución en una mano y el diálogo en la otra" centrando perfectamente el mensaje donde quería, sin una palabra de más.

Tuve ocasión de preguntarle, entre otras cuestiones, si el presidente tenía intención de repetir en otros niveles de la Administración la misma proporción de hombres y mujeres que en el Gobierno y su respuesta fue un sí rotundo didáctico en la explicación, por lo que de ser así empieza una etapa de esperanza.

De hecho, el propio Pedro Sánchez, en una carta que envió a sus "ministras y ministros", destaca el compromiso de su Gobierno con la igualdad y la lucha contra la discriminación de las mujeres. "Ese debe ser el objetivo transversal en la acción política de todos los departamentos", dice la misiva, y no le debe caber ninguna duda de que las periodistas estaremos vigilantes para ver su grado de cumplimiento. No tener mujeres bien representadas en los gobiernos, en las instituciones y en toda la Administración supone no solo un déficit de calidad democrática, sino una pérdida importantísima de talento y poder de decisión, pero, sobre todo, es una injusticia histórica que hay que erradicar.

Ahora, para humillarnos se nos llama "feminazis", piropo que, por cierto, me lanzó el otro día en privado un colega delante de otros dos que no dijeron ni 'mu'. Pero si algunos ladran nosotras caminamos y lo saben. Dicen que en los últimos años las mujeres hemos realizado una auténtica revolución silenciosa, imparable y efectiva, pero de ser así ni esta puede darse por concluida ni debemos pensar que las conquistas, por importantes que hayan sido, no tienen marcha atrás. Es fácil, facilísimo, retroceder un día lo que ha costado años de trabajo, y si se trata de defender cosas intangibles, como la dignidad o la igualdad, aún más. Por eso, señor presidente del Gobierno, vamos a estar alerta y sus ministras deben estarlo también.