Publicado 12/03/2019 08:01

Fermín Bocos.- Damnificados

MADRID, 12 Mar. (OTR/PRESS) -

Los partidos de derechas van camino de ser los principales damnificadas del 28A. Cosecharan más votos, pero tendrán menos escaños. A menos de cincuenta días de las elecciones legislativas el panorama que esbozan las encuestas es significativo. El desplome de Podemos engorda al PSOE y la irrupción de VOX hunde las expectativas del PP. Y en el limbo, por debajo de sus aspiraciones celestes, queda Ciudadanos. España se polariza. En votos obtendría bastante más el bloque de las derechas (hasta un 50%) pero a la hora de traducir votos en escaños la Ley Electoral juega a favor de las izquierdas (40%) si se les suman los partidos nacionalistas (10%). El panorama que se avizora tiene un punto de surrealismo.

En el caso del Senado, en una treintena de provincias, los votos del tercero, el cuarto y el quinto partido irán a parar directamente al que consiga el primer lugar. Por decirlo en corto: el voto a Vox puede acabar siendo un voto a Pedro Sánchez. Los votos de los partidarios de Santiago Abascal pueden acabar sumándose a los que consigan el PSOE o en menor medida el PP. La composición del Congreso se establece con otras reglas, pero dada la ventaja con la que parten las formaciones nacionalistas que no compiten en el conjunto del Estado, el reparto de escaños también favorece al bloque de partidos que impulsó la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy y le abrió las puertas de La Moncloa a Pedro Sánchez. Un político que gusta del riesgo y que está aprovechando los recursos del Gobierno para reforzar su candidatura. Y que navega con viento de cola gracias a la división del voto de las derechas.

A Pablo Casado, pese al discurso oficial, la convocatoria de elecciones le pilló con el pie cambiado porque su liderazgo entre los votantes conservadores todavía es un liderazgo en agraz. Apenas ha tenido tiempo para construir una imagen de seriedad y solvencia política. Y, por si fuera poco, la irrupción de Vox, le está obligando a descentrar la posición clásica del PP.

Otro tanto, pero en este caso por errores de estrategia pasa en Ciudadanos. El éxito de la moción de censura descolocó a Albert Rivera. Desde entonces ha ido dando palos de ciego. El último, la arriesgada operación tránsfuga para fichar a Silvia Clemente, ex presidenta popular de las Cortes de Castilla y León. Un partido que hace gala de un discurso crítico con la "vieja política", no puede acabar en el mismo surco que aquellos a los que critica. Todo está todavía en el aire, pero, como digo, o cambian mucho las cosas de aquí al 28 de abril, o las derechas serán las grandes damnificadas en las próximas elecciones.