Publicado 03/10/2019 08:02

Francisco Muro de Iscar.- Es la educación, idiotas

MADRID, 3 Oct. (OTR/PRESS) -

La Comisión Europea acaba de hacer público su Informe de la Educación y la Formación 2019 y pone a España en su sitio, es decir en el pelotón de cola. Nos reprocha el impacto de la inestabilidad política, la insuficiente inversión pública -un 4% del PIB frente al 4,6 de media en Europa, solo por debajo de Rumania, Bulgaria, Italia, Eslovaquia y Grecia--; el fuerte abandono escolar, el más alto de la Unión Europea; la inestabilidad del profesorado -un 25 por ciento ejerce sin tener una plaza fija, aunque en algunas autonomías como Baleares llega al 43%- y una Universidad anclada en el pasado y necesitada de profundas reformas.

Podía haber dicho más cosas: posiblemente seamos el país que ha tenido más leyes y reformas educativas en los últimos 40 años -la mayor parte hechas por el PSOE- y el que más bandazos ha dado, casi siempre a peor. O que solo en los últimos diez años hemos avanzado en el acceso a la Formación Profesional- hemos pasado de 500.000 alumnos en el 2008 a 861.000 en la actualidad- aunque aún es insuficiente porque tenemos el doble de estudiantes universitarios que de FP, lo cual, se mire como se mire, es un disparate porque la economía y las empresas demandan técnicos que no tenemos. Y mientras la mayor parte de los estudiantes de una FP de calidad se colocan con bastante rapidez, casi el 40 por ciento de los graduados universitarios españoles no encuentran un trabajo acorde a lo que han estudiado. No hay más que ver la lista de aspirantes de más de 25 o 26 años a una plaza temporal de becario en cualquier empresa después de haber superado el grado, haber hecho uno o dos másteres, conocer dos o tres idiomas y estar dispuestos a hacer lo que sea por menos de 500 o 600 euros. La sobrecualificación supera en 11 puntos la media de la Unión Europea. Y todavía hay quien se queja de que muchos licenciados tengan que irse a otros países. No es solo por la crisis, hay otras razones.

Nos faltan ingenieros e ingenieras -el lugar de la mujer en las enseñanzas técnicas sigue siendo testimonial- y técnicos cualificados que no tienen por qué ser universitarios. Hay más razones para que la educación -que es la base del futuro crecimiento económico- no funcione y no creo que la inversión, el gasto, con ser bajo, sea el primero. No solo es cuánto se gasta sino cómo se gasta. Y en España se gasta muy mal y se despilfarran muchos recursos. Otra razón es el profesorado, desprestigiado por los políticos, insuficientemente formado, mal pagado y con una precariedad insultante. Hay países que han elevado de manera importante su nivel educativo solamente subiendo el listón para aquellos que aspiran a ser profesores y pagándoles mejor. Pero hoy tenemos una sociedad que no valora al profesor y que le ha quitado todo respaldo a su autoridad.

Y con todo eso, que ya es bastante, lo peor sigue siendo el uso partidista de la educación por todas las fuerzas políticas. Ninguna está dispuesta a llegar a un pacto que permita la estabilidad educativa, que garantice los mejores profesionales, que premie el esfuerzo, que sea evaluable y que exija calidad y resultados. Todos quieren meter la política en las aulas y en los libros. Por eso nos reprende Europa.