Publicado 17/05/2018 08:00

Escaño cero.- 155

MADRID, 17 May. (OTR/PRESS) -

Resulta tranquilizador saber que el Presidente del Gobierno y el líder de la oposición, Pedro Sánchez, están de acuerdo en no permitir que el nuevo presidente de la Generalitat y las fuerzas independentistas que le apoyan subvertir el orden constitucional.

Digo que resulta tranquilizador porque aunque lo deberíamos de dar por supuesto, lo cierto es que Mariano Rajoy permitió que primero Artur Mas y a continuación Carles Puigdemont se saltaran la ley a la torera celebrando dos remedos de referéndum en pro de la independencia de Cataluña.

En cuanto al PSOE le costó mucho dar un paso al frente para poner coto a las ilegalidades de los independentistas.

Al final Mariano Rajoy se decidió a aplicar el 155 de la Constitución en Cataluña con el apoyo de Pedro Sánchez y Albert Rivera. Eso sí, aceptando alguna de las condiciones de los socialistas para dar su apoyo.

Hoy tanto Rajoy como Sánchez parecen haber aprendido que no pasa nada por aplicar la ley, es decir que el mundo no se vino abajo porque se aplique un artículo de la Constitución.

Así que reitero que resulta tranquilizador que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez tengan claro que tienen que defender el Estado de Derecho, nuestra democracia.

El discurso de Quim Torras en la tribuna del Parlamento catalán fue claro y contundente: su intención es proclamar la República Catalana, es decir romper unilateralmente con el resto de España, saltándose las leyes.

Ante ese desafío solo cabe una respuesta: no permitir al nuevo Presidente de la Generalitat el incumplimiento de la Constitución. Es decir, mantener vigente la aplicación del artículo 155.

Pero hay muchas otras cosas que el Gobierno debe de hacer y que no ha hecho hasta ahora. Por ejemplo llevar a cabo una campaña de explicación en todo el mundo sobre lo que hacen, dicen y quieren los independentistas catalanes para que a nadie le quepan dudas sobre lo que pretenden. Y es que hasta ahora el independentismo catalán ha sabido vender su producto presentándose como el pequeño David que se enfrenta al feroz Goliath.

Es vergonzoso que en el siglo XXI haya sido elegido como Presidente de la Generalitat un político que se ha venido manifestando como racista y xenófobo, a través de escritos y comentarios a la altura de los que en Alemania se hacían en tiempos del nazismo. Que la sociedad catalana lo haya consentido y no solo eso, que además lo avale, demuestra hasta donde ha cuajado el fanatismo y la sinrazón.

Las opiniones xenófobas de Quim Torras no pueden calificarse de anécdotas y a cualquier demócrata le deberían de repugnar.

En cualquier caso ya digo que es un alivio saber que tanto Mariano Rajoy como Pedro Sánchez y es de esperar que Albert Rivera hayan perdido cualquier atisbo de complejo y por tanto estén dispuestos a impedir que los dirigentes independentistas catalanes se salten la ley. Que menos.