Publicado 06/03/2018 08:00

Escaño cero.- ¡Qué hartazgo!

MADRID, 6 Mar. (OTR/PRESS) -

Cuanto viene sucediendo en el movimiento independentistas catalán se podría comparar con una opera bufa sino fuera por el daño que los independentistas están haciendo a Cataluña y al resto de España.

Me pregunto con qué más nos van a sorprender los Puigdemont, Junqueras, Jordis, y demás familia o que más tiene que pasar para que los ciudadanos que viven en Cataluña digan "basta". Y es que les están tomando el pelo de mala manera sin que parezcan enterarse o acaso es que ya a estas alturas les da lo mismo.

Lo cierto es que el invento de Tabarnia resulta serio si se compara con la opera bufa de los independentistas.

Mientras tanto Cataluña funciona, no como debería pero funciona. Es decir la aplicación del artículo 155 de la Constitución garantiza el funcionamiento de esta Comunidad Autónoma pero no es suficiente porque sin duda Cataluña se ha quedado anclada en el dique seco. Las empresas que se marcharon no han vuelto y los inversores extranjero han dejado de ver Cataluña como una Comunidad en la que vale la pena invertir. A esto hay que añadir que problemas objetivos como es la necesidad urgente de abordar el funcionamiento de la sanidad o de la educación que han quedado relegados hasta el momento en que haya un gobierno estable porque el Gobierno de Rajoy no quiere tomar decisiones que puedan resultar controvertidas.

Tampoco podemos olvidarnos de la actuación arbitraria de quienes en estos momentos tienen la máxima representación de las instituciones catalanas. Solo hay que recordar el ridículo en que incurrieron la alcaldesa Ada Colau y el presidente del Parlamento Roger Torrent con su actuación durante la celebración del Mobile World celebrado en Barcelona.

Ada Colau ha hecho de la impostura su razón de ser y estar en política y en cuanto a Torrent, demostró que le queda grande presidir una institución como es el Parlamento de Cataluña. O sea que es difícil vislumbrar en el colectivo independentista alguien que tenga aunque sea un cierto sentido del pundonor y sea capaz de anteponer los intereses generales a los " mantras" del "proces".

Lo peor que puede pasar es que los ciudadanos se terminen hartando de cuanto sucede en Cataluña y me temo que en algunos momentos eso empieza a suceder.

Por más que Inés Arrimadas o Miquel Iceta se desgañitan pidiendo un poco de sentido común al conglomerado independentista, en este sector parecen haberle cogido gusto al esperpento. Y en eso están.