Publicado 30/04/2019 08:01

Escaño cero.- Paisaje después de la batalla

MADRID, 30 Abr. (OTR/PRESS) -

Estas elecciones del 28 de abril han servido para dejar K.O a la derecha y consolidar a la izquierda.

Pedro Sánchez ha obtenido una mayoría suficiente para poder gobernar sin sentir en la nuca el aliento de los partidos independentistas. Y es que aunque los partidos independentistas hayan obtenido un excelente resultado en las urnas sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, y esa es la buena noticia, no son necesarios a la hora de conformar el Gobierno de España. Otra cosa es que Pedro Sánchez decida lo contrario.

Sánchez tiene dos caminos para formar un gobierno estable: el primero formar un gobierno de coalición con Podemos y el concurso de Compromis, el Partido Regionalista de Cantabria, incluso Coalición Canaria y ya puestos el PNV.

La segunda variable sería un acuerdo con Ciudadanos. Ya que ambos partidos sumarian una mayoría absoluta más que holgada.

El problema estriba en que Albert Rivera ha mantenido una actitud no solo incomprensible sino a mi juicio equivocada al establecer, durante la campaña electoral, un cordón sanitario sobre el PSOE. Sin duda esa actitud de Rivera ha dado votos al PSOE, permitiendo a Sánchez ocupar el centro político. Pero sobre todo ha resultado incomprensible para muchos votantes que Rivera no hiciera ascos a VOX, a un partido de extrema derecha y sin embargo si al PSOE. Por si fuera poco la misma noche de las elecciones Rivera y Arrimadas han vuelto a negar cualquier posibilidad de pacto con el PSOE.

Aún así, en mi opinión los líderes de Ciudadanos tendrían que desandar el camino andado por mas que el grado de antipatía que se vienen demostrando Sánchez y Rivera hace muy difícil que ambos sean capaces de anteponer los intereses de España a sus propias filias y fobias.

Quizá la buena noticia de estas elecciones es que VOX no ha cumplido con su objetivo de conseguir más de sesenta o setenta escaños y se tiene que conformar con poco mas de una veintena.

Muchos sin duda, porque estremece la aparición de un partido de derecha extrema, pero al menos no llega con la fuerza que las encuestas y ellos mismos auguraban.

Así las cosas los próximos días van a ser cruciales puesto que todos los líderes políticos tendrán que moverse para resituarse.

El paisaje después de la batalla electoral es clarísimo: Pedro Sánchez es quién tiene una posición más cómoda y mejor. Ha ganado las elecciones y eso supone que nadie en su partido se atreverá a rechistarle. Tiene las manos libres para hacer lo que le venga en gana dentro del PSOE y sobre todo para formar un Gobierno a su medida. Ojalá acierte.

Podemos ha sufrido una derrota, pero su derrota puede endulzarse puesto que sus votos le son absolutamente necesarios a Pedro Sánchez. Así que aunque Podemos haya sufrido un duro varapalo en las urnas puede obtener la recompensa de verse en el Gobierno.

En cuanto a la derecha ha sido derrotada por el fuego amigo: la aparición de VOX. Veremos si Pablo Casado ha aprendido alguna lección de su derrota.

Y los partidos independentistas a pesar de su éxito en las urnas tendrán que sopesar que no son necesarios para gobernar lo que les coloca en una posición diferente de la que gozaban hasta ahora.

Pero a lo que vamos, el paisaje después de la batalla ha dejado un claro ganador: Pedro Sánchez. Que sea para bien.