Publicado 23/02/2018 08:00

Escaño cero.- El valor de Javier Marías

MADRID, 23 Feb. (OTR/PRESS) -

Hay que ser muy valiente para atreverse hoy día a salirse de la senda de lo oficialmente correcto. Sí, ya sé, la nuestra es una sociedad democrática, lo que debería de implicar que nadie debería de temer exponer libremente sus argumentos sobre cualquier asunto.

Pero me temo que vivimos en una sociedad cada vez más tontorrona donde unos cuantos se han erigido en "jueces supremos" de la corrección política y el que osa salirse del "carril" enseguida es denostado. Y la gran herramienta de la que hacen uso estos "jueces" suelen ser las redes sociales por donde corren truenos y sapos.

He de confesar que yo me mantengo al margen de la vida virtual, bastante tengo con la vida real.

Se preguntarán ustedes que adonde quiero ir a parar y se lo explico enseguida.

Desde la aparición del movimiento del "Me Too" ha habido muchas personas y colectivos que vienen manifestando su opinión, unos a favor, otros en contra, otros cuarto y mitad, en fin, cada cual es muy libre de pensar y decir lo que crea conveniente. En lo que a mi se refiere, me parece importante este movimiento porque ha puesto de manifiesto algo que todo el mundo sabía pero que se prefería ignorar y que no es otra cosa que el abuso al que han estado sometidas las mujeres por parte de tantos hombres que se han aprovechado de su situación de poder. De ahí el valor de "Me Too".

Pero resulta que todo aquel que no comulgue de la "a" a la "z" con "Me Too" y que se atreva a cuestionar algunos de sus planteamientos ¡ay la que se le cae encima!.

Y esa ha sido la "osadía" perpetrada por Javier Marías, escribir un artículo en el suplemento dominical de El País, dando su opinión no solo sobre el "Me Too", sino también sobre lo que este movimiento está socialmente desencadenando, además de cuestionar que todas las mujeres sean seres angelicales que siempre tienen la razón.

Vaya por delante que leí detenidamente el artículo y que me pareció una reflexión profunda e interesante por más que con algunos de sus planteamientos estoy totalmente en desacuerdo, pero en cualquier caso la opinión de Javier Marías me pareció importante para abrir más los márgenes del debate sobre lo que supone el "Me Too", movimiento que, insisto, personalmente apoyo como he dejado dicho en público además de por escrito.

Así que me sorprendió que al cabo de unos días de publicarse ése artículo, unas amigas me dijeran: "Arden las redes por el artículo de Javier Marías". Al parecer le estaban poniendo de vuelta y media acusándole de "machista".

Como yo soy demasiado mayor para preocuparme en militar en lo políticamente correcto, les diré que llevo años leyendo los artículos de Javier Marías (y por supuesto sus novelas y si de mí dependiera hace tiempo que tendría el Nóbel en sus manos) y en ninguno de sus escritos he encontrado un trazo de machismo sino todo lo contrario.

Una de las cosas que más valoro de Marías es su libertad a la hora de escribir porque sus posiciones que, en ocasiones, rozan la frontera de la heterodoxia, lo que a mi juicio le hace más interesante, suelen provocar el aplauso cerrado de quienes valoran su inteligencia e ingenio pero también el enfado profundo de gente corta de miras.

Pero claro cuando alguien se sale de la senda trazada inmediatamente afloran los Savonorolas de turno dispuestos a organizar un auto de fe en la plaza pública que en el siglo XXI está situada en las redes sociales.

Nuestra sociedad más que políticamente correcta se está volviendo hipócrita, porque los "censores" están consiguiendo que la gente no se atreva a decir en voz alta lo que piensa no vaya a ser que le manden a la hoguera.

También hay quienes en tono condescendiente se acercan a la polémica diciendo: "Es que Javier Marías es un provocador".

En mi opinión un intelectual es aquél que cuando participa en el debate público expone ideas que sirven para provocar un zarandeo al debate social y nos obliga a mirar lo que sucede desde otros ángulos. De manera que si las opiniones de Marías sobre el feminismo han servido para ampliar el debate, bienvenida sea su "provocación".

Nadie me ha dado vela en esta polémica sobre si el artículo de Javier Marías sobre el "Me Too" es machista o no (pues no, en mi opinión no lo es aunque yo no coincida con algunas de sus opiniones) pero he decidido meterme yo sola en la boca del lobo porque me parece que en una sociedad democrática madura la disparidad de opiniones es imprescindible. Lo terrible sería que, en determinados asuntos, uno se autocensure por el chaparrón que le pueda caer o por el eco de los insultos y descalificaciones desde la redes sociales.