MADRID, 11 Sep. (OTR/PRESS) -
Hay que tener mucho temple, amén de desfachatez, para ningunear llegando al insulto como ha hecho Pedro Sanchez con Ciudadanos en el pleno del Congreso. Sánchez ha copiado de su vicepresidente la prerrogativa de dar carnés de buenos.
Y a lo que parece, en opinión del Presidente Ciudadanos es un partido que no reúne las condiciones de ser un partido progre y por tanto él se permite desactivarlo como partido derechoso y poco de fiar.
En realidad es Inés Arrimadas quien no se debería de fiar de Sánchez. El caso es que el Presidente es faltón.
Y eso sí, ni se corta ni se sonroja cuando asegura, como hizo en el pleno del Congreso, que Podemos cumple con la Constitución y el PP no. Lo dice con tanta enjundia que podríamos llegar a pensar que es que se lo cree. Pero a estas alturas el personal sabe que en lo único que Sanchez cree es en el poder.
La verdad es que es un poco desolador seguir los debates en el Parlamento. Unos y otros se dedican a descalificar, compiten por ver quien dice una barbaridad más grande.
¡Ah! y resulta sorprendente la doble moral. El PSOE se ha venido negando a que el Parlamento investigue la financiación de Podemos pero se ha apresurado con sus socios podemitas a iniciar la puesta en marcha una comisión que investigue al PP por el caso Bárcenas. Por su parte, Pablo Casado se refugia en que él no sabe nada de ese escándalo porque cuando tuvo lugar era un simple diputado. En fin oyendo a unos y a otros solo cabe suspirar diciendo aquello de ¡vaya tropa!
