Publicado 23/05/2018 08:00

Pedro Calvo Hernando.- EL barullo y la torpeza

MADRID, 23 May. (OTR/PRESS) -

Estos son unos de los días más propicios para la reflexión sobre lo que más debería importar en la política española, que no es lo que domina el debate y la atención de los influyentes. Lo digo porque es una verdadera pena que se marginen los más importantes problemas de España en favor de los que se llevan en demasía el gato al agua. Me refiero al barullo catalán y al sinsentido de la polémica sobre el dichoso chalet de Galapagar. Quiero decir que es absurdo y equivocado confundir el orden natural y la importancia de los grandes temas.

Los lectores saben muy bien que la crisis catalana lleva demasiado tiempo estancada en el absurdo repetitivo y que el debate dentro de Podemos en torno al ideal "obrero" o "burgués", como ha calificado un periódico, no deja de ser un tema para imaginaciones calenturientas. Y quiero insistir en que tales cosas no deberían suceder, al menos impidiendo la resolución de nuestros graves problemas sociales, culturales, políticos y económicos. ¿Se nos va a pasar el siglo sin salir de esta serie de contradicciones y de absurdos?

En cuanto a Cataluña, no salimos del galimatías entorpecedor iniciado hace ya varios años, tras décadas de haber sido la región más envidiable de todas las de España. Ni los del "procés" independentista ni los del Gobierno de la Nación han sido capaces de algo tan elemental como es la necesidad de la búsqueda de unas soluciones dialogadas, templadas e inteligentes, No, eso parece que está prohibido, después de haber sido, como digo, el ejemplo mejor dentro del Estado español tras el inicio del sistema democrático.

Parece mentira que la cuestión sea enredar el asunto cada vez más. ¿Cómo puede Quim Torra prometer seriamente diálogo sereno con Rajoy y a continuación tratar de nombrar o renombrar "consellers" a personas que están en la cárcel o en el exilio? ¿Cómo puede el Gobierno de Rajoy jugar con el artículo 155 de esa manera al tiempo que alientan todo tipo de obstáculos para la suavización del drama en que estamos metidos, poniendo en serio riesgo la convivencia y el bienestar socioeconómico de los ciudadanos?

¿Otra vez iremos a nuevas e inútiles elecciones? ¿Es que no tenemos bastante con lo sufrido y con el tiempo perdido en estos últimos años?. Alguien tendría que responder a esto.

Es cierto que Iglesias y Montero han cometido el error de cálculo más ingenuo en lo referido a la compra del famoso chalet. Por supuesto que nadie debería discutir el derecho de los demás a comprarse lo que les dé la gana, si no lo roban. Pero también es cierto que la pareja debió ser más lista y prever la que se les vendría encima. Es no conocer a sus adversarios políticos, que saltaron de gozo ante tan sabrosa ocasión de machacarlos, aunque sin ninguna razón de verdad.

Se supone que los militantes de Podemos no les harán dimitir en las votaciones, lo que no excluye que ellos decidan hacer lo contrario. Pero lo más tremendo es la que han liado, sobre todo muchos de sus adversarios y algunos que nunca se distinguieron por una concepción sana de la vida política. Pero Iglesias y Montero han sido más torpes de lo que cabría esperar.