Publicado 21/02/2018 08:00

Pedro Calvo Hernando.- Marta y el avispero

MADRID, 21 Feb. (OTR/PRESS) -

Si les digo la verdad, no me importa reconocer que encuentro un lado positivo en la salida de la cantante Marta Sánchez con su personal versión con letra propia del himno nacional, como ya alguien más lo había intentado en ocasiones anteriores. Ese lado positivo a mi juicio es que aporta un elemento de relajación de las tensiones políticas de estos meses. Ver y oír a esta mujer como intérprete de su invento es un ejercicio saludable e incluso agradable, claro que siempre que no nos lo tomemos muy en serio ni lo convirtamos en un pretexto para la politización hacia la derecha, muy derecha, de un himno que debe ser patrimonio de todos los españoles.

Yo me creo eso que ha dicho mi admirada Marta de que es "una carta de amor y de nostalgia sin matiz político", por lo que me parece un poco exagerado el comentario de la socialista Carmen Calvo: "El himno no tiene letra, y ya está". La cantante es una persona buena y simpática, con la que nadie debería meterse. Aunque sea verdad que ha propiciado el entusiasmo de buenos sectores de la derecha española y españolista. Los comentarios del propio Rajoy o de Albert Rivera así lo atestiguan. Y en cuanto a González Pons, no sé si iba en serio al proponer que el himno con la letra de Marta Sánchez se convierta en el himno oficial que se cante al final de la Copa del Rey de fútbol.

Lo que queda claro es que la acogida que hace esa derecha española de la ingenua ocurrencia de Marta es un claro aprovechamiento hacia dentro de esa tendencia política dentro del espectro ideológico de la sociedad española. Quiero imaginar que a la propia cantante le habrá hecho muy poca gracia ese evidente aprovechamiento a que me refiero.

Tampoco me haría mucha gracia que una de las intencionalidades de ese sector del espectro fuera darle en la cresta a los indepes catalanes, que tanta actividad desarrollan estos meses. Creo que hay otros medios para que aquella derecha combata a estos indepes, manejando un poco más y mejor las argumentaciones políticas. Pero que conste que no estoy dentro de su pensamiento y que a lo mejor a nuestra derecha ni siquiera se le ha ocurrido nada de lo que comento, por lo que yo estaría encantado y les pediría que no me lo tomaran en serio.

Pero eso, seamos serios, seamoslo todos y sepamos disculparnos si se nos va un poquito el discurso y resulta que todos somos puros y maravillosos. En todo caso, vuelvo al elogio a la estupenda cantante española, que rezuma bondad y hasta un poquito de ingenuidad, cosas que no deberían sobrarnos nunca. Yo se lo agradezco en todo caso, pues me ha permitido este ejercicio de relajación que a todos creo que nos viene muy bien dentro de este molesto avispero en el que entre todos nos han metido. ¿Vale?

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