Publicado 17/01/2018 08:00

Pedro Calvo Hernando.- ¿Me lo vas a explicar, Pedro?

MADRID, 17 Ene. (OTR/PRESS) -

Es claro que el hecho de que las encuestas den la victoria a Ciudadanos en unas generales constituye un suceso en cierto modo revolucionario, si se tiene en cuenta que muy pocos meses atrás tal eventualidad hubiera sido inverosímil. El descrédito del PP se alza como razón política importante para que se abra semejante expectativa. Pero es un descrédito muy pronunciado el de ahora, pues el partido de Mariano Rajoy, a pesar de sus vacilaciones y marchas atrás, aún conservaba un alto margen de preponderancia sobre los demás partidos del espectro nacional. A la caída del PP se une ahora la lentitud de crecimiento del PSOE por sus indecisiones y por los cambios de ventolera en sus dirigentes, debido especialmente a su equívoco comportamiento en la cuestión catalana. Añádase el reconocido estancamiento o retroceso de Podemos, para cerrar un cuadro altamente demostrativo. Todo ello conspira en favor de las expectativas del partido de Albert Rivera, que, sumando un poco de aquí y otro poco de allá, se encuentra con esta muy favorable coyuntura de expectativas electorales.

Ahora mismo, en la hora mala del partido de Rajoy juega un papel de gran importancia el duro recrudecimiento de la trayectoria de corrupción rampante de los últimos años. Hubo un tiempo en que esa corrupción parecía no hacer mucha mella en la fuerza y preponderancia del PP. Pero todo tiene su fin y a ese fin es al que parece que estamos llegando. Para colmo de venturas para ellos, Ciudadanos experimenta el éxito innegable en las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, que lo sitúan, junto a su líder Inés Arrimadas, al borde del triunfo en el Principado, al mismo tiempo que el PP de Cataluña asiste a su mayor debacle de la Historia. Dicho sea sin ánimo de molestar. Y en cuanto a Podemos, todavía no se entiende que se hayan comportado con esas torpezas de que vienen haciendo gala, que les han llevado a alejarse de las posiciones a las que habían llegado con decisión y en tiempo escaso.

Pero quizá lo que sucede con el PSOE sea lo más incomprensible de todo. La reelección de Pedro Sánchez fue un quiebro que parecía conducir a la resurrección del partido y a la pacificación del mismo y su reencuentro con la unidad y la recuperación del brillo de su historia. Ahora ya no están en eso, sino, como antes decía, en sus indecisiones y cambios de postura en asuntos de trascendencia, seguro que motivado todo ello por su despiste y oscuridad en relación con el independentismo. Ellos verán, pero entre eso y los baches de Podemos, vuelve la izquierda a perder de nuevo una oportunidad. Por eso no estoy de acuerdo con la reciente afirmación de Pedro Sánchez de que tienen "una oportunidad de oro para que el PSOE gane las elecciones aglutinando a la izquierda". Me gustaría, Pedro, que me explicaras eso un día de estos...