Publicado 26/02/2020 08:02

Pedro Calvo Hernando.- ¿Sin vergüenza y sin pavor?

MADRID, 26 Feb. (OTR/PRESS) -

Pablo Casado se ha quedado feliz tras eliminar a Alfonso Alonso en Euskadi y sustituirlo por Carlos Iturgáiz, quien defiende aunar fuerzas con Vox para oponerse al Gobierno, tildándole de "fasciocomunista". Cuando leo estas joyas en la prensa me invade un extraño sentimiento mezcla de risa y de pavor, al tiempo que me cuesta un gran trabajo creerme lo que estoy viendo, hasta el punto de que no termino de crérmelo. Porque esa es una empresa muy difícil. Me gustaría que algunos lectores me echaran una mano y me ayudaran a que me lo creyera, cosa que les agradecería enormemente. Me pregunto dónde estamos y a dónde estamos llegando cada día, sin pausa, sin descanso, sin vergüenza, sin pavor...

Lo digo de verdad, que no lo puedo creer, aunque me ponga reiterativo. Da la impresión de que este país pierde el pulso y que a veces pierde la vergúenza también. Y da más que la impresión a menudo de que la extrema derecha se traga al centro, a la derecha y al centro-derecha y me entran serias dudas de que lo que veo, oigo y leo puede ser, no es, no quiero que sea y quiero salirme de aquí, pero inmediatamente reacciono y no quiero, no debo, o las dos cosas al mismo tiempo. También a veces estos días tengo la impresión de que estoy soñando, cuando no puedo o no quiero o ambas cosas creerme lo que veo y oigo. Ni siquiera estoy seguro de que lo estoy viendo y oyendo...

Los vaivenes mentales y declarativos de Pablo Casado en estos últimos meses se pasan y se han pasado de la raya demasiadas veces y con demasiada intensidad. Hasta el punto de que recuerdo en alguna ocasión haberle elogiado y poco después tenerlo que criticar duramente. Sospecho qué es a lo que juega, aunque no me lo quiera creer. Sólo le pregunto a dónde quiere ir, a dónde quiere llegar, qué se propone, qué persigue, qué cree, qué sueña, qué quiere hacernos creer, a dónde quiere llevarnos, si es que lo sabe, que lo ignoro, aunque a veces estoy seguro de saberlo pero sin querer saberlo aunque solo sea por respeto a la persona y en consideración a lo positivo que a veces pienso de él...

No quisiera pensar que todo esto pasa porque la derecha española ha entrado en una grave crisis de identidad, porque aunque así fuese, que puede serlo, yo no quisiera que lo fuese, porque la derecha es necesaria para una correcta vida democrática en este país. Yo les rogaría que recapacitasen y se percataran de que es necesario que hagan un serio examen de conciencia y que escapen de las garras del sinsentido y la desesperación, pues así no van a ninguna parte, ni ganan unas elecciones, ni ayudan al correcto funcionamiento del país, ni muestran ante el resto de los españoles unos deseos de cooperar en la marcha de las cosas o en el funcionamiento de las instituciones.

Poner a España en trance de caer en manos del pensamiento de Iturgáiz, que parece tanto como decir de Vox o de la extrema derecha en general, sería o es tanto como colocar dinamita política en el corazón mismo del funcionamiento del país y de su ser institucional. Optar por ello sería suicida, aunque utilicen la tontería "fasciocomunista", con lo que además parecen pretender una tremenda elección entre dos espejos falsos y tremendistas, lo que implica un confusionismo fruto de una cierta desesperación. En serio se lo digo: recapaciten y recuperen la seriedad y el buen sentido político, que lo demás solo conduce a la desesperación y el crujir de dientes.