Greenpeace afirma que la red de vigilancia radiológica ambiental del CSN detectó el escape en Ascó I en noviembre

Actualizado: jueves, 17 julio 2008 15:40

BARCELONA, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -

La organización ecologista Greenpeace aseguró hoy que las sondas de la Red de Vigilancia Radiológica Ambiental (Revira) del Centro de Seguidad Nuclear (CSN) detectaron con "total claridad" la fuga radioactiva de noviembre en la central nuclear de Ascó I (Tarragona).

En una rueda de prensa en Barcelona, el responsable de la Campaña de Energía de Greenpeace, Carlos Bravo, afirmó que con los datos de la red Revira facilitados por el CSN "se ha podido confirmar" que hubo "momentos diversos" en que salió radioactividad de la central. Concretó que la emisión más importante de partículas radiactivas no se produjo el 29 de noviembre, sino a mediados de diciembre.

La red Revira, con sondas en determinados puntos y gestionada por el CSN y la Generalitat, recibe datos a tiempo real cada diez minutos, que son analizados en la central. El análisis de los datos de las sondas en la propia central y en la playa de la Almadraba, a unos 50 kilómetros de Ascó I, desmiente además, según Bravo, que la contaminación se quedara en los alrededores de la central.

Bravo aseguró que existe una "correlación" entre los escapes de radiactividad y los trabajos de limpieza que los técnicos realizaron en la central. Así coincide un repunte en la detección de la red Revira entre el 14 y el 19 de diciembre, cuando se estaban produciendo trabajos de limpieza en el sistema de ventilación de la central para descontaminar, y en enero, en los trabajos en las unidades de filtrado.

El portavoz aseguró que se violaron procedimientos con un estilo "propio de Homer Simpson" como intentar limpiar en un primer momento una rejilla con un trapo, que se les quedó atrapado.

El portavoz de Greenpeace dijo que esto demuestra que la central "sabía sobradamente" que estaba contaminada y remarcó que "no es creíble que no viera" los datos de la red Revira. "O es una manifiesta negligencia o hay una ocultación intencionada de los hechos, como sospechamos", añadió.

El análisis realizado por Greenpeace a partir de los datos proporcionados por el CSN demuestra que más del 86 por ciento de las partículas calientes emitidas --y recogidas hasta principios de junio de 2008--, producían una radiactividad, referenciada a fecha 11 de abril, con dosis por encima de 0,046 mSv/h suficiente como para superar los límites legales aplicables a miembros del público en caso de contaminación interna.

Además, las partículas con tasas de dosis por encima de 0,093 mSv/h, que representan más del 27 por ciento del total, habrían producido dosis superiores a 20 mSv, límite legal de los trabajadores en un año. Si el nivel de radioactividad se refiriese a la fecha en la que se produjo la emisión, a finales de 2007, las dosis de radiación se incrementaría entre un 20 y un 30 por ciento más.

Según los datos del CSN, tres de las partículas calientes presentaban tasas de dosis de 1mSv/h, que es el nivel mínimo para la clasificación de zona naranja en una central nuclear. Estas tres partículas darían lugar a unas dosis superiores a 216 mSv en nueve días, lo que equivale a 20 veces por encima del límite de los trabajadores.

Bravo criticó que el CSN les proporcionara "datos mínimos" y en un formato "poco amigable" y de minimizar en todo momento el impacto radiológico del suceso, cuando las conclusiones sobre sus datos demuestran como "falso" este posicionamiento. Asimismo, censuró que no han dado la "cantidad de radioactividad que se escapó, sino sólo de las partículas encontradas".

Greenpeace pidió que la fuga radiactiva en Ascó I se reclasifique, que en la actualidad está en nivel 2, por el potencial impacto a los trabajadores y al medio ambiente y el público. Estos nuevos datos, que se entregarán a la Fiscalía de Medio Ambiente, apoyan la "responsabilidad penal" de la central, según Bravo.