11-M.- Cañizares recuerda a las víctimas y remarca que los hechos marcaron un "hito" que pesa como una "losa" en España

Actualizado: domingo, 11 marzo 2007 16:16

TOLEDO, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, que tuvo un recuerdo en la Homilía de la Misa en la Catedral de Toledo para las víctimas del 11-M y de atentados terroristas, resaltó hoy que los acontecimientos de la estación de Atocha de Madrid marcaron "un hito en nuestra historia" y estos hechos "pesan sobre España como una losa opresora" de la que hay que liberarse.

En la Misa del tercer domingo de Cuaresma que presidió junto a miembros del Cabildo Primado, y en la que cantaron niños de la Escolanía del Colegio 'Nuestra Señora de los Infantes' de Toledo, dijo que la "herida profunda" por el atentado "sigue abierta".

El Señor es compasivo y misericordioso y "perdona nuestras culpas", aseguró y en este sentido, no solo escucha "nuestros sufrimientos" sino que los asume como propios. Así, estas palabras son en una fecha como hoy "consoladoras" alentadoras y cargadas de esperanza.

Palabras que se escuchan el mismo día que se celebra el tercer aniversario del "terrible y espantoso acto terrorista" que dejó a todos conmocionados" y que deja una "herida profunda" que no solo no se ha curado sino que sigue abierta como "tantos signos evidencian".

El cardenal arzobispo de Toledo indicó que "el príncipe del odio y de la mentira dio un zarpazo sobre España y la sembró de muerte y de llantos, de destrozo y de quiebra de humanidad". Por eso, elevó sus plegarias y ofreció el santo sacrificio de la Misa por las víctimas del atentado, los que murieron, los que quedaron y sus familias, y también a todas las víctimas del terrorismo.

Así, indicó Cañizares, "Jesucristo constituye nuestro descanso" y esta sociedad "tan quebrada" le necesita, para que todo cambie ya. Esos hechos ponen de manifiesto donde puede llevar la violencia humana cuando "no se deja a Dios ser Dios".

La cuestión principal estos días es el reconocimiento de Dios y vivir "en la Adoración y en la Fe". En este día, tercer aniversario del atentado, confió a la misericordia de Dios a las víctimas "de aquella violencia diabólicamente desatada hace tres años", así como a todas las víctimas del terrorismo y sus familias.

Pero aun siendo así, "sin ningún ápice de condena de nada ni de nadie, reconozcamos, al mismo tiempo, que en nuestro mundo de hoy se palpan innumerables signos de cómo este mundo se está alejando de Dios", dijo.

"Es verdad, que, sin embargo, Dios no se aleja de él; tal vez está aún más cercano que nunca, porque este mundo necesita más de su compasión, de su piedad, de su misericordia, de su sabiduría y de su amor. Necesita volver a Dios, acudir a Él convertirse a Él. Y si no, pereceremos; sin Dios nos destruimos, sin Dios, nos sumergimos en un infierno devorador del hombre.

El también vicepresidente de la Conferencia Episcopal señaló que "desde hace demasiados años las gentes de España nos sentimos heridas, humillas y maltratadas por la inhumana y cruel violencia terrorista" aunque dijo no obstante que "desde todos los rincones es de nuestra patria se eleva grito paciente, cada día más intenso y creciente contra ese cruel azote de la violencia terrorista".

En este día, apostó porque "Dios ilumine a quienes tienes responsabilidades en el Estado para que posibiliten una España justa, asentada en la verdad, y libre. Que Dios ayude al pueblo español a caminar, guiados por su luz, y pueda caminar en verdad y amor y sea un pueblo de hombres y mujeres verdaderamente libres y con esperanza. Invoquemos la piedad y misericordia de Dios s09bre España, para que viva en concordia y en paz", concluyó.