Unos 600 profesores se manifiestan en Barcelona para exigir el fin de agresiones de padres y alumnos

Actualizado: miércoles, 8 noviembre 2006 22:46


BARCELONA, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -

Unos 600 profesores se manifestaron hoy en la Plaça Sant Jaume de Barcelona para exigir el fin de la violencia que sufren por parte de padres y también de alumnos. La concentración fue convocada por el centro educativo barcelonés Eduard Marquina a raíz de la última agresión verbal y física que tres personas del centro, entre ellos la directora, sufrieron por parte de los padres de un alumno. Las autoridades catalanas pidieron que no se genere alarmismo porque aunque aunque se han registrado casos graves, son "puntuales".

En el curso del acto, la directora del centro, Gloria Zaragoza, denunció que "la frecuencia de estas agresiones ya comienza a ser peligrosa" y pidió a la administración que "corte con este problema antes de que se convierta en una costumbre". "Lo que no se puede permitir es que ni padres ni alumnos delante de un profesional tengan la tranquilidad de agredirlo verbal o físicamente", agregó.

En la misma dirección se pronunció Rosa Canyadell, portavoz de USTEC·STEs, uno de los sindicatos de profesores mayoritarios de España, quien pidió a la Conselleria de Educación "apoyo jurídico y de todo tipo a los maestros que han recibido algún tipo de agresión". Canyadell reclamó, además, "todos los medios posibles para que esto no se repita, menos alumnos, más psicólogos, más mediadores y, sobre todo, una sanción rápida en cuanto se produzcan estos casos".

De todas maneras, la portavoz de USTEC·STEs quiso dejar claro que no se debía "crear alarmismo" porque "los centros continúan siendo uno de los lugares de convivencia pacífica más importantes". "Pero cuando se dan estos casos hay que hacer una llamada de atención a los padres y a la sociedad en general", apostilló.

El responsable de la secretaría pública de Comisiones Obreras de Catalunya, Àngel Amatller, expresó la "preocupación" del profesorado "por esta caída progresiva en una cierta degradación del trabajo educativo". Amatller calificó estos incidentes de "accidentes de trabajo" y pidió a la Conselleria "evaluaciones de riesgos" en cada centro educativo y "protocolos de actuación más concretos y ágiles".

A su vez, el portavoz de la Federación de Enseñanza de UGT de Catalunya, David Medina, demandó "que cualquier conducta grave de un alumno se pueda corregir en 48 horas, no en dos meses". "Eso es algo muy al alcance de las autoridades educativas, no hace falta transformar el mercado del trabajo", recordó Medina.

Ferran Barri, presidente de ANPE-Catalunya, sindicato independiente contra la violencia escolar, y también presidente de SOS-Bullying apoyó la concentración y recordó que su asociación presta desde hace dos años un servicio de atención telefónica "para asesorar a cualquier miembro de la comunidad educativa con problemas de convivencia".

LOS PADRES PERMITEN

Barri buscó los motivos de estos episodios en la "la laxitud de normas y permisividad en el plano familiar" que se está produciendo desde los años 90. "Los padres permiten mucho a sus hijos y compensan con caprichos la falta de tiempo que les dedican", argumentó Barri. El presidente de ANPE-Catalunya negó que fueran "hechos aislados", sino "que se están enquistando en el sistema", y pidió "una normativa eficaz que permita al profesor intervenir rápidamente".

Los testimonios de agresiones, sobre todo verbales, se sucedieron uno tras otro por parte de los profesores presentes en la concentración. Una docente de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) narró el caso de un alumno con trastornos mentales que tiene que convivir con el resto de estudiantes. Mientras, su compañera de centro se preguntó qué hacer "cuando en casa ya le pierden el respeto a los propios padres".

El director de un centro de Santa Coloma revivió también el episodio de violencia sufrida en sus propias carnes, cuando el padre de un alumno le amenazó de muerte y le dio un cabezazo provocándole una herida que requirió cinco puntos de sutura. Se trata de uno de los dos casos de agresión por parte de un progenitor que tiene contabilizada la Conselleria de Educación.

Otra profesora, esta vez de educación secundaria de un instituto de Montcada i Reixac (Barcelona) explicó a Europa Press la agresión que sufrió hace unos dos años por parte de una alumna de primero de ESO. "Se me echó al cuello y me tiró al suelo, te sientes totalmente indefensa", se lamentó.

La Conselleria de Educación y Universidades, a través de un comunicado, tildó el episodio en cuestión como "muy grave" pero aseguró que "se trata de casos aislados que no son generalizables a todo el sistema educativo".

La Conselleria enumeró, además, una serie de medidas que la Generalitat ya está tomando para mejorar la convivencia en las aulas, entre las que se encuentra la implantación de la figura del técnico de integración social o el plan de mejora de la secundaria, que prevé que todos los centros de secundaria tengan un plan de convivencia propio. Por su parte, el conseller de Educación y Universidades pidió hoy que no se cree un "alarmismo" exagerado porque se trata de casos puntuales.