El acusado de estrangular a su mujer con el cable de un móvil no pudo hacerlo con "un simple tirón"

Actualizado: lunes, 14 diciembre 2009 14:51

Los peritos aseguran que es necesario presionar más de 5 minutos para matar

BARCELONA, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los peritos que testificaron hoy durante el juicio por el hombre que presuntamente estranguló a su mujer con el cable del cargador de un móvil, aseguraron que las heridas del cuello de la víctima "no pudieron ser ocasionadas por un simple tirón", tal y como explicó en su versión el acusado hace unos días. Los médicos forenses destacaron que es necesaria una presión continua de unos 5 minutos para acabar con la vida de una persona en esas circunstancias.

El acusado, Gerard C.C., relató el pasado miércoles que la muerte de su mujer se había producido cuando, al intentar evitar que ésta se subiera al coche después de una discusión, la agarró por detrás cogiéndola del cuello y estrangulándola "por accidente" con un collar que llevaba la víctima y que más tarde -asegura-- arrojó a un contenedor de basura.

Los peritos, sin embargo, explicaron que la hipótesis más probable, por el tipo de marcas que presentaba la víctima, es que la agresión se realizara desde delante y la mujer estuviera en el suelo o contra una pared. Además, en algún momento, su agresor también le tapó la nariz y la boca con la mano, bien para que no gritara o bien para asfixiarla.

Sobre el objeto utilizado, los peritos aseguraron que se trata de un lazo duro y delgado, de unos 0,5 centímetros de grosor, perfectamente compatible con el cargador del teléfono móvil.

La defensa mostró a los médicos un collar parecido al que, según la versión el acusado, utilizó para estrangular a la víctima. El perito consideró que "era demasiado delgado", aunque admitió que un collar de ese tipo "sería compatible" con las heridas si fuera un poco más grueso. Remarcó que igualmente, la presión ejercida debería ser de unos cinco minutos.

El primer día de juicio, Gerard C.C., que siempre había negado los hechos, se derrumbó ante el jurado popular y confesó haber abordado a su mujer en el garaje del domicilio de Parets del Vallès la mañana del 7 de septiembre de 2007 y haber provocado su muerte, aunque en todo momento aseguró que fue por accidente y que en un principio pensó que solo se había desmayado.

La Fiscalía solicita una pena de 20 años de prisión por asesinato con alevosía, con el agravante de parentesco, además de una indemnización para la hija de ambos, que en el momento de los hechos tenía siete meses, de 150.000 euros, así como 200.000 euros para los padres y la hermana de la víctima. La acusación particular pide 25 años de prisión por considerar también la agravante de abuso de confianza y de superioridad.