El acusado de matar a Patricia Fernández no estuvo con ninguna de las personas que usó como coartada, según la G.Civil

Actualizado: martes, 16 noviembre 2010 16:14

El acusado abandona sonriente la sala, asegurando que se encuentra "bien"

Se enfrenta a penas que oscilan entre los 15 años que pide la Fiscalía y los 25 que solicita la acusación particular

OVIEDO, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Guardia Civil ha asegurado que ninguna de las personas que Celso M.B., único acusado por la muerte violenta de la joven langreana Patricia Fernández Guzmán, citó como coartada, estuvieron con él entre las 19 y las 22 horas del día del crimen, perpetrado el 13 de marzo de 2008 en una escombrera próxima al pozo minero Samuño, en Ciaño.

Así lo ha manifestado uno de los agentes durante la segunda sesión del juicio con jurado, que se ha celebrado este martes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo, con la práctica de las pruebas periciales y parte de las testificales.

En la vista han declarado once agentes, un psiquiatra y parte de los testigos citados por las partes. Los primeros han explicado que el cadáver de la joven, que entonces tenía 22 años, apareció calcinado y "escondido" en un lugar "apartado", que no resulta visible desde la carretera, pero al que se accede con facilidad en coche.

Han recordado que los restos de la víctima fueron hallados sobre las 14.30 horas del día 14, junto con algunos efectos personales, tales como la batería del teléfono móvil, un reloj, unas llaves y una suela de zapato.

Los Guardias Civiles han indicado que recogieron tierra de debajo del cadáver para determinar con qué acelerador habían quemado el cuerpo, que desprendía al ser levantado "un fuerte olor a gasolina", y del que sólo quedaba "una mano, una pierna, la cabeza y poco más".

En este punto, han declarado que la mano de la joven se utilizó para sacar las huellas dactilares que contribuyeron a su identificación y restos orgánicos que la chica tenía debajo de las uñas, con los que se determinó el ADN.

Además, durante la inspección del vehículo del detenido, técnicos de criminalística recogieron muestras de los asientos posterior y delantero derecho, así como dos gamuzas que fueron encontradas en el habitáculo, un coletero "con muchos pelos", ropas, una cinta de enrrollar mantas y varios productos de limpieza.

Han sostenido que el espejo de cortesía de la visera del vehículo, un Opel Zafira negro, estaba roto y que en el interior de la furgoneta se encontraron además un documento de identidad y una tarjeta de crédito que el acusado utilizó para contratar, ilegalmente, una línea de móvil.

Siempre según sus testimonios, tanto el titular de un establecimiento de compra-venta de vehículos, como la pareja de éste, citados ambos por el acusado en su declaración de ayer, confesaron que habían estado con él un día después de lo que sostuvo.

Además, han apuntado que la empleada de la gasolinera en la que supuestamente lavó el coche, negó este hecho y explicó que Celso había acudido pasadas las 21 horas solamente a repostar y a comprar productos de limpieza para la tapicería y el salpicadero.

GASOLINA PARA UN QUAD

El mismo agente, responsable de la instrucción del atestado, explicó que el responsable de otro surtidor, éste en El Entrego, aseguró en las horas posteriores al crimen que el acusado le había pedido varios litros gasolina "para un quad", que adquirió y se llevó en una bolsa homologada.

Por su parte, el secretario del atestado, manifestó que "en ningún momento" Celso hizo mención en su declaración inicial a ésta última gasolinera, sino que se refirió exclusivamente a la estación en la que adquirió los productos de limpieza. Pese a ello, el acusado sí fue identificado en una rueda de reconocimiento a la que fue sometido el trabajador de El Entrego, pocos días después del suceso.

Tras un receso, y en el turno de los testigos, una trabajadora de una agencia de El Entrego y su hermana han dicho que el acusado estuvo en el establecimiento un día antes y el día después del supuesto asesinato. Posteriormente, una empleada de un negocio de préstamos declaró haber recibido una visita del acusado la tarde del crimen, siempre "antes de las 18.30 horas", momento de cierre del establecimiento.

Con absoluta rotundidad, la última de las testigos de este martes ha desmentido la versión del acusado, al asegurar que su novio y ella mantuvieron un encuentro con Celso "entre las 17.15 y las 17.30 horas" de la tarde de autos, y no a partir de las 9 de la noche, como éste apuntó en su declaración.

Al término de la vista, el acusado, en prisión provisional desde el 17 de marzo de 2008, abandonó tranquilo y sonriente la sala, asegurando que se encuentra "bien".

Celso M.B. se enfrenta a penas que oscilan entre los quince años que pide la Fiscalía, como autor de un delito de homicidio, y los 25 de la acusación particular, para quien los hechos son constitutivos de un delito de asesinato, al estimar que el acusado quemó el cuerpo de la joven cuando éste tenía aún "un halo de vida".

El cadáver de Patricia Fernández, trabajadora de una peluquería de Sama, fue hallado en un basurero el 13 de marzo de 2008 con quemaduras en un 95 por ciento del cuerpo, horas después de que su familia denunciase su desaparición.