AMITE alerta sobre la necesidad de reforzar e incrementar las medidas contra incendios en los teatros españoles

Actualizado: lunes, 22 septiembre 2008 21:05

La asociación sugiere que las salas eviten los almacenamientos de material inflamable y refuercen el sistema de alarma

MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Asociación de Amigos de los Teatros de España (AMITE), constituida para la defensa del patrimonio histórico teatral español, ha alertado hoy sobre la necesidad de reforzar e incrementar las medidas contra incendios en los teatros españoles.

AMITE recordó que mañana se cumplen 80 años del trágico incendio del Teatro Novedades de Madrid, que causó 67 muertos y 200 heridos y aprovechó la efeméride para denunciar el estado de los escenarios nacionales, a fin de evitar en el futuro no sólo sucesos dramáticos como ese, sino también incendios tan devastadores para el patrimonio teatral como el ocurrido en 1994 que destruyó el histórico Teatro Liceo de Barcelona.

Según la asociación, los teatros y salas de espectáculos son ámbitos de elevado riesgo por varios motivos, entre ellos la falta de ocupación permanente, la alta combustibilidad de los materiales que le brindan mejores condiciones acústicas y estéticas (telas y maderas) y las instalaciones eléctricas de alto consumo.

Para la entidad, los teatros deben evitar almacenamientos de material inflamable; establecer un estricto control del personal que ingresa a las salas, de las instalaciones eléctricas y de las medidas antiincendio; además de reforzar el sistema de alarma que proteja el edificio durante los horarios de inactividad, incluso cuando se están realizando tareas de mantenimiento, que resultan ser en los últimos años la causa más frecuente de incendios (juntamente con los cortocircuitos).

DESTRUIDO EN UNA HORA

El 23 de septiembre del año 1928, un incendio reducía prácticamente a cenizas el madrileño Teatro Novedades de la calle de Toledo. Este teatro, con 1500 localidades y edificado en 1856, estaba considerado, por su programación, el teatro más popular de la capital.

Aquella noche de domingo, con más de 900 espectadores, se representaba el libreto "La mejor del puerto", celebrado sainete en dos actos con letra de don Luís de Sevilla y don Anselmo Carreño y música de don Francisco Alonso López, el popular Maestro Alonso, autor, entre otros éxitos, del pasodoble 'Banderita'.

Avanzado el último acto, sobre las nueve de la noche, tramoyistas del teatro observaron como de una de las luminarias del atrezo salía un humo blanco que, en décimas de segundo, se transformó en llama. Aunque los tramoyistas reaccionaron de inmediato, el fuego se propagó por la cordelería de la que penden los decorados, prendiendo con rapidez en el telón y los cortinajes laterales del escenario.

El Director de la Orquesta, el Maestro Cayo Vela, pidió a los músicos que tocasen el pasodoble de 'Las Lagarteranas' para tratar de calmar al público, pero todo fue inútil. El telón cayó en llamas sobre los miembros de la orquesta que tuvieron que ponerse en salvo como pudieron.

En apenas una hora, y en parte por ser todo de madera, el Novedades había desaparecido pasto de unas llamas que, por su voracidad y la columna de humo desatada, fueron vistas desde el barrio de Chamberí, a kilómetros de distancia. La pronta intervención de los equipos de bomberos y fuerzas de seguridad no pudo evitar la catástrofe.

LOS TEATROS, PASTO DE LAS LLAMAS

La historia de los dos últimos siglos esta plagada de grandes incendios en teatros europeos y americanos. Un ejemplo famoso es el Teatro Bolshoi de Moscú, que después de la destrucción de las guerras napoleónicas tuvo que esperar a la recuperación del Imperio para que se inaugurase la nueva sala. Sin embargo, tras un nuevo incendio que se abatió sobre el espacio en 1853, la sala ardió durante una semana y no quedó de ella más que cenizas.

Paradójica es la historia de L'Opéra de París, que después del incendio de 1763 se trasladó a la sala del Palais-Royal, donde permaneció 90 años hasta que esta sala también fue destruida por las llamas, como le sucedería a sus dos siguientes sedes, la Sala de las Tullerías, devastada en 1770 y la reconstruida Sala del Palais Royal (erigida en el mismo sitio del edificio original, arrasada por un nuevo incendio en 1781).

Londres tampoco fue ajena a este flagelo. Son famosos los incendios del teatro Covent Garden en 1856 y los incendios que destruyeron totalmente la Italian Opera House en 1789 y 1867.

Irónicamente, el Liceo de Barcelona se incendió en 1994 durante la instalación de sistemas contra incendio. Se tardó 10 años en reconstruirlo. Este teatro también había tenido un incendio anterior (1961) y en 1893 había sufrido un atentado con una bomba incendiaria que dejó 20 muertos.

OTRAS CATÁSTROFES

En 1996 se registraron incendios catastróficos en la Sophiensaal de Viena y en el teatro La Fenice de Venecia, (que se había incendiado anteriormente en 1836), ambos provocados por tareas de mantenimiento, con la salvedad de que en Venecia dos obreros incendiaron el monumento deliberadamente. La reconstrucción duró 7 años y para rehacer los finos detalles del edificio original requirió la inversión de 55 millones de Euros.

En América, destaca por su gran número de victimas el gran incendio de Iroquois Theatre en Chicago de 1903, donde fallecieron más de 600 personas de las 1900 que estaban presenciando la función. Argentina, Perú y Chile también sufrieron la pérdida de varios emblemáticos teatros por incendio.

Madrid, además del Novedades, sufrió el incendio del Teatro Variedades, el Dorado, la Zarzuela, el Gran Teatro, la Comedia, el Noviciado, y el Barbieri. De éstos se reconstruyeron la Zarzuela, la Comedia y el Noviciado que se llamó Álvarez Quintero y luego Cinema X. También el Teatro Español sufrió en 1978 un gran incendio sin consecuencias personales pero con graves daños.

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