El Arzobispado de Santiago recuerda a los sacerdotes su "responsabilidad" sobre las normas del Bautismo

Actualizado: viernes, 17 febrero 2006 19:24

Los padrinos no deben ser divorciados, casados por lo civil o miembros de parejas de hecho

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Arzobispado de Santiago recordó hoy a los sacerdotes su "responsabilidad" a la hora de cumplir las leyes canónicas sobre las normas del Bautismo: se trata de que cumplan su "misión" y garanticen, por ejemplo, que los padrinos no sean personas divorciadas, casadas sólo por lo civil o miembros de parejas de hecho, salvo que

El canciller del Arzobispado de Santiago de Compostela, Elisardo Temperán, --que ofreció hoy una rueda de prensa para explicar las disposiciones de "inmediata aplicación" publicadas en el número de enero del Boletín Oficial (BOAS)-- subrayó que el clérigo "tiene la obligación" de "enterarse" si las personas propuestas para apadrinar un bautismo "reúnen las condiciones" exigidas por la ortodoxia cristiana.

De lo contrario, según Temperán, "el problema es del sacerdote, que no ha cumplido con su deber". "No es que éste sea más laxo y el otro más estricto. Es un problema de responsabilidad y de cumplimiento de un deber que tiene el párroco y de cumplimiento de un deber", aseveró.

La institución dirigida por Julián Barrio reclama a los párrocos en su boletín que eviten "las rutinas que se puedan ir introduciendo con el paso del tiempo" y no relajen las normas del Bautismo, promulgadas en 1997, sobre todo en lo que se refiere a las figuras de padrino y madrina, que han de llevar "una vida incoherente con la fe católica".

"RECORDAR LAS LEYES CANÓNICAS".

El representante del Arzobispado de Santiago señaló que estas premisas no suponen "endurecer" la ortodoxia sacramental, sino que "se trata de recordar las leyes canónicas", con la finalidad de que los sacerdotes "sean conscientes de lo que hacen". "No se pueden hacer cosas inválidas, incluso en orden a defender los derechos de todos, porque habría discriminación", puntualizó.

Preguntado si se podría aplicar esta normativa con carácter retroactivo, Temperán indicó que "habría que estudiar cada caso", aunque apuntó que, si no se cumplen estos preceptos, "no se puede ser padrino, hay una irregularidad y se está haciendo una cosa mal hecha e inválida".

Al respecto, agregó que, ante esta "situación irregular" en la que una persona no reúne los requisitos, "basta que el otro esté en condiciones normales y sería el padrino" ya que es suficiente con ser apadrinado por una sola persona.

Además, requirió a los sacerdotes que eviten el que personas que no reúnen las condiciones para ejercer como padrinos acompañen al bautizado porque "se puede dar lugar a un engaño, a un escándalo y a que los fieles queden desconcertados".

HIJOS DE PAREJAS DE HECHO.

El boletín cita varios perfiles de padrino y madrina, entre los que excluye a casados "en forma meramente civil", los "que están conviviendo maritalmente y sin vínculo canónico", los no practicantes o los no confirmados.

En este sentido, el canciller del Arzobispado de Santiago explicó, no obstante, que, en el caso de "situaciones irregulares" de hijos de matrimonios sólo civiles o de parejas de hecho, "se estudia cada caso" para preservar que "haya alguien en la familia que pueda garantizar que ese niño va a ser educado en la fe cristiana". De esta forma, precisó que "no hay problema alguno y se bautiza al niño", como de hecho aseguró que se realiza en las parroquias.

Temperán aseguró que, de esta forma, lo que se busca es "que la gente sea consciente de lo que significa su fe y vivirla coherentemente". "No es un endurecimiento. Es recordar lo que es nuestra fe, que los fieles sean coherentes con su vida cristiana y que los sacerdotes sean coherentes con su misión, que es muy seria", insistió.

Así, restó importancia a que, con la aplicación de estas medidas, la Iglesia pueda perder a fieles por alejarse de la realidad social, ya que "el problema no es de estadísticas" y abogó por "cambiar" la situación de "muchas personas que actúan por costumbre" solamente, porque los sacramentos deben ser "una vivencia personal profunda". "No me preocupa el número. Sí que las personas que estén lo hagan de corazón y conscientes de lo que hacen", proclamó.