Arzobispo alemán sobre el camino sinodal: "No somos revolucionarios. Buscamos un camino para la Iglesia del futuro"

El arzobispo Bamberg, Ludwig Schick, junto con el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y el Nuncio del Papa en el país
El arzobispo Bamberg, Ludwig Schick, junto con el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y el Nuncio del Papa en el país - Frank Rumpenhorst/dpa - Archivo
Actualizado: viernes, 7 febrero 2020 18:07

ROMA, 7 (EUROPA PRESS)

   El arzobispo de Bamberg (Alemania), Ludwig Schick, ha asegurado que los participantes del llamado camino sinodal emprendido por la Iglesia católica de ese país y que durará dos años para reflexionar sobre el sacerdocio, el clericalismo, la moral sexual o la mujer, no son "revolucionarios" y que su único objetivo es "buscar un camino para la Iglesia del futuro".

   "No tengo la impresión de que los miembros de la Asamblea seamos revolucionarios. Buscamos un camino para la Iglesia del futuro. Todos queremos mejorar la Iglesia para enfrentar este desafío. Esta impresión y convicción me da la confianza de que al final no habrá un cisma, sino que emergerá una segunda iglesia reformada según la voluntad de Jesucristo", ha asegurado en una entrevista con Europa Press.

   Un total de 230 delegados, entre ellos los 69 miembros de la Conferencia Episcopal de Alemania, completaron el pasado fin de semana el primer tramo del camino sinodal que les llevará a discutir sobre la distribución del poder en la Iglesia, el papel de la mujer o la sexualidad.

CRISIS DE LA IGLESIA

   Schick ha incidido en que el contexto en el que nace este camino sinodal es "una crisis de la Iglesia 'ad intra et ad extra' (hacia dentro y hacia fuera)". "Los obispos y laicos alemanes hemos decidido emprender un camino sinodal para tratar de salir de esta crisis. Lo que queremos es renovar y mejorar la Iglesia para sus cumplir con sus tareas de vivir la fe, esperanza, caridad y trabajar para la gloria de Dios y la salvación de los hombres", ha resaltado.

   En cuanto a las conclusiones de ese primer tramo, ha señalado que en la primera asamblea se han discutido sobre todo de cuestiones de forma y procedimiento y han votado sobre cuáles iban a ser los cuatro foros de discusión. Así, ha aclarado que las sesiones de trabajo en sí mismas "todavía no han comenzado".

   También ha comentado que la atmósfera en las primeras sesiones ha sido a la par "cordial y seria", "de grande estima recíproca". De este modo, ha constatado que se ha creado "una buena base para la discusión y avanzar de los trabajos". No obstante, ha advertido de que "el gran riesgo es que existan divisiones y frustraciones".

   Preguntado sobre la determinación de la Iglesia alemana de discutir sobre temas o argumentos que pueden afectar a la Iglesia universal, el arzobispo de Bamberg ha precisado que en el estatuto del camino sinodal está "prefijado" que los miembros de la Asamblea "pueden tomar decisiones, si bien se especifica que estas decisiones son solo votos o propuestas que en su caso serán enviadas a los obispos diocesanos si estos tienen la competencia de decidir sobre un tema en la propia diócesis".

   "Obviamente si se trata de votos sobre argumentos que se refieren al gobierno de la Iglesia Universal, entonces será el Papa quien decida", ha manifestado.

EL DOGMA DE LA IGLESIA ES "INMUTABLE"

   Además, ha valorado que desde fuera se han hecho "críticas verdaderas" y "constructivas", pero también "críticas que no son aceptables". "Hemos iniciado las discusiones sobre los diferentes y también contrastantes argumentos con varias posiciones. Pero los miembros del Camino sinodal tenemos la buena voluntad de buscar una vía común. El Evangelio y la doctrina dogmática de la Iglesia son normas inmutables. Esto está claro", ha añadido.

   Al comenzar el camino sinodal de la Iglesia alemana, el presidente del comité central de los católicos alemanes, Thomas Sternberg, afirmó que hay materias sobre las cuales el Papa no puede decidir por sí mismo y que podrían ser afrontadas en un Concilio. A este respecto, Schick ha especificado que, según el ordenamiento jurídico del Derecho Canónico, el Papa puede decidir sobre "cualquier cosa" sin necesidad de instituir un "concilio".

   Sin embargo, ha subrayado que "normalmente" cuando hay argumentos que implican a toda la Iglesia Universal la figura del Pontífice históricamente "ha convocado un concilio". Sobre este tema, también ha añadido que hoy por hoy "es difícil imaginar un nuevo Concilio como el que tuvo lugar en el Vaticano I y Vaticano II" en los que solo fueron convocados "los obispos como miembros". En todo caso, cree que pensar en un concilio que incluya "la participación extendida a los laicos es todavía más difícil". "Espero que se encuentre una solución", ha deseado.

EL CAMINO SINODAL ALEMÁN

   La Asamblea General de la Conferencia Episcopal Alemana aprobó el pasado mes de septiembre continuar con el 'camino sinodal', en la que los prelados tratarán durante dos años, junto a organizaciones católicas laicas temas como el celibato, la moral sexual, el reparto de poderes en la Iglesia o el papel de la mujer.

   El 'camino sinodal', al que el Vaticano ha puesto reparos al entender que las reglas propuestas para el mismo no son eclesiológicamente válidas y objetar de la participación de los laicos católicos alemanes, surge como respuesta al informe publicado hace un año por la Iglesia Católica Alemana, que contabilizó 3.677 casos de abusos sexuales a niños y jóvenes por parte de 1.670 clérigos entre 1946 y 2014.

   Los planes para este proceso fueron anunciados en marzo de este año por el presidente de los obispos alemanes, el cardenal Reinhard Marx y lo que hizo la Asamblea General de otoño es aprobar los documentos de discusión y el proceso de votaciones.

   Al término de la reunión de otoño, el cardenal Marx explicó a la prensa que "no habrá un camino especial alemán separado de Roma en asuntos de relevancia para la Iglesia mundial. "Pero estamos preparados para proporcionar contribuciones a la discusión de la iglesia universal", dijo al tiempo que definió el proceso como un "camino común" de la Iglesia alemana.

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