El arzobispo de Valladolid insta a "contribuir" al sostenimiento de la Iglesia mediante las "cuotas parroquiales"

Actualizado: sábado, 15 noviembre 2008 15:21

VALLADOLID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez Plaza, instó hoy a los fieles a "contribuir económicamente" al sostenimiento de la Iglesia mediante las "cuotas parroquiales".

En su tradicional Carta Pastoral, a la que tuvo acceso Europa Press, el prelado aseguró que "no basta ni con marcar la cruz en el impreso de la declaración de la renta, ni con dejar un dinero en la colecta de la misa" y abogó por una "mejor organización" a la hora de financiar las parroquias.

A su juicio, una "buena forma" es la cuota parroquial, "que no es dinero para el sacerdote sino para los que forman la parroquia", advirtió. "Así superaremos cierto amor platónico a la Iglesia, a la que no sentiríamos como Madre que nos da el don de Dios", añadió.

Esta contribución, se justifica en que toda comunidad parroquial debe participar "de la triple misión de la Iglesia: testimonio del amor de Dios, que se traduce en relaciones fraternas para el bien común y el cuidado de los más pequeños y necesitados; cauce y motivo para aceptar al Verbo de Dios, y ámbito que celebra la fe en la Liturgia, donde el encuentro con Cristo es garantizado por la acción sacramental de la Iglesia".

En el día de la Iglesia Diocesana, el arzobispo recordó además que la Iglesia tiene un "reto" que radica en "ser" lo que tienen "que ser" y vivir "la identidad cristiana".

"Necesitamos de la Iglesia para ser fieles y leales a Jesucristo, a su modo de vivir; necesitamos retornar "al centro", que nada tiene que ver con posiciones políticas equidistantes de la derecha o la izquierda", apuntó.

Ese "centro", matizó, es el don mediante el cual "el Dios Trino se da a sí mismo a través de Cristo en la creación y en la redención, un don que se da hoy en la comunión de la Iglesia, un don que reconoce a Jesucristo como "el corazón del mundo".

Finalmente, concluyó que la Iglesia tiene que ser "una vida de comunidad" y, en cierto sentido, una vida "de familia, como la vida de un cuerpo". Por ello, necesita recuperar "densidad social, no como un gueto, sino como vida real de familia, abierta siempre a la vida y a la sociedad".