Benedicto XVI lamenta que los musulmanes se hayan podido sentir heridos por sus palabras

Actualizado: sábado, 16 septiembre 2006 17:01


ROMA, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Papa Bendicto XVI está "extremadamente disgustado" porque los musulmanes se hayan podido sentir ofendidos por su reciente discurso en Alemania, según aseguró hoy el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone.

"El Papa está extremadamente disgustado porque algunas partes de su discurso pudieran sonar ofensivas para la sensibilidad de los creyentes musulmanes y porque las hayan podido interpretar de una manera que no corresponde en absoluto a sus intenciones", asegura Bertone en un comunicado, en que indica que la posición del Papa "a favor del diálogo interreligioso" es "inequívoca".

Bertone dice que la posición del Papa sobre el Islam es "la inequívocamente expresada en el documento conciliar Nostra Aetate", sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. En este texto, de 1965, se asegura que la Iglesia Católica "estima a los musulmanes, que adoran a un único Dios".

De esta manera, "la opción del Papa a favor del diálogo interreligioso e intercultural es por tanto inequívoca", indica el secretario de Estado en el documento.

En una visita esta semana a su país natal, Alemania, el Papa citó a un emperador cristiano del siglo XIV que afirmaba que el profeta Mahoma sólo había traído violencia al mundo, y ponía en tela de juicio el concepto de 'Yihad' o guerra santa.

Respecto a la cita, Bertone explicó hoy que el Santo Padre "no pretendía en absoluto hacerla propia, sino utilizarlo para obtener, en un contexto académico (...) una reflexión sobre la relación entre religión y violencia y concluir con un rechazo claro y radical de la motivación religiosa de la violencia, proceda de donde proceda".

Las palabras del Papa Benedicto XVI sobre el Islam y su profeta Mahoma durante un discurso en la Universidad de Ratisbona han provocado una ola de críticas en todo el mundo islámico, llegándose en el caso de Pakistán a convocar al nuncio de la Santa Sede al Ministerio de Exteriores y a aprobar en el Parlamento una resolución condenatoria. Líderes religiosos y políticos de Irán, Siria, Líbano y Egipto, entre otros, han condenado su discurso.