Bruselas insiste en que las obras de la M-30 deberían haberse sometido a una evaluación global de impacto medioambiental

Actualizado: lunes, 10 julio 2006 20:49


BRUSELAS, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea insistió hoy en que las obras de soterramiento de la M-30 en Madrid deberían haberse sometido a una evaluación global de impacto medioambiental al tratarse de un proyecto de "grandísima envergadura que puede considerarse como uno de los más importantes actualmente en toda Europa". El Ejecutivo comunitario recordó en una comparecencia ante la comisión de Peticiones de la Eurocámara que espera la respuesta de las autoridades españolas al expediente contra la M-30 el pasado 4 de abril.

Durante la reunión de la comisión de Peticiones, los eurodiputados que visitaron Madrid a finales de junio para estudiar los trabajos sobre el terreno presentaron el informe oral con sus conclusiones preliminares.

Calificaron de poco creíbles los intentos del Ayuntamiento y del Gobierno regional de minimizar la naturaleza de las obras, aunque apuntaron como "resultado importante" el compromiso asumido por la concejal de urbanismo, Pilar Martínez, de realizar una evaluación de impacto sobre la sección norte de las obras, cuyos trabajos se encuentran en una fase preliminar, y de proponer medidas compensatorias para los tramos ya en marcha.

Durante su comparecencia ante los eurodiputados, el Ejecutivo comunitario reiteró que en las obras de la M-30 "existe una presunta violación de la normativa europea en materia de impacto ambiental". "La Comisión no cuestiona la necesidad, ni la concepción, ni la importancia que pueda tener este proyecto para la villa de Madrid", añadió no obstante el representante comunitario, José Manuel Servent.

A juicio de Bruselas, las obras de soterramiento podrían tener una "doble naturaleza", tanto de transformación de vía rápida como de ordenación urbana. Considera "irrelevante" que las autoridades españolas califiquen la M-30 como una vía urbana y cree que sus tesis están avaladas por el Tribunal de Justicia, que el pasado marzo dictaminó que España no aplica correctamente la directiva de evaluación de impacto ambiental a los proyectos urbanos.

"En todo caso, se trata de un proyecto de grandísima envergadura, que puede considerarse como uno de los más importantes actualmente en toda Europa, dotado con un presupuesto inicial de unos 4.000 millones, que, considera la Comisión, debería haberse sometido a un procedimiento global de evaluación de impacto ambiental en los términos que señala la directiva", dijo Servent.

PROYECTO ENORME

Por su parte, el eurodiputado socialista irlandés Proinsias de Rossa, uno de los componentes de la misión del Parlamento que visitó Madrid a finales de junio, coincidió con el Ejecutivo comunitario en que "se trata de un proyecto enorme de infraestructura urbana con un gran impacto en los ciudadanos de Madrid y no la simple mejora de una calle de la ciudad como algunos representantes políticos o funcionarios querían hacernos creer".

"Los intentos del Ayuntamiento y de la región de minimizar la naturaleza del proyecto para sortear las directivas de la UE no son creíbles para mi", afirmó, destacando el "enorme impacto" de las obras de la M-30 en los ciudadanos de Madrid y las quejas que les hicieron llegar cuando visitaban Madrid. "Fue muy llamativo que dijeran que sus puntos de vista no se habían tenido en cuenta hasta entonces, y que por primera vez, como dijo una persona, se sentían como ciudadanos y no como súbditos", afirmó.

Criticó la ausencia de eurodiputados del Partido Popular Europeo en la misión a Madrid, y también que ningún representante político del Gobierno regional hubiera querido reunirse con ellos, y dijo que el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, fue el "más pragmático" de los políticos del PP con los que se reunieron para resolver la cuestión.

De Rossa recalcó que "uno de los resultados más importantes" de la visita fue el compromiso asumido por la concejala de urbanismo, Pilar Martínez, de "posponer el desarrollo de la sección norte, realizar una evaluación de impacto sobre ella y sobre los tramos ya comenzados y aplicar medidas compensatorias". "Creo que esta declaración verbal debería ser analizada con urgencia por la Comisión para ver si puede ser la base para la conclusión del caso", dijo.

A continuación intervinieron los eurodiputados españoles, empezando por el representante socialista Carlos Carnero, que dijo que el informe oral de la misión que viajó a Madrid "da la razón a los vecinos y le quita la razón al alcalde y al Gobierno regional". "Una obra de estas características, que implica graves riesgos para la salud de los ciudadanos, el medio ambiente y la sostenibilidad de la ciudad, según la ley europea necesita una evaluación de impacto", prosiguió.

"Yo creo que la rectificación que debemos proponer es tan sencilla como esto: por favor, hagan la evaluación de impacto sobre el conjunto del proyecto, que no es un salchichón y no se puede cortar en pedazos. Y una vez hecha corrijan lo que haya que corregir, por ejemplo las chimeneas", recalcó.

En el mismo sentido se expresó el representante de Izquierda Unida, Willy Meyer, que dijo que el informe de la Eurocámara debe servir para corregir la orientación "equivocada, injusta y alegal" del PP en materia medioambiental.

Dijo que todavía es posible corregir los "microproblemas" provocados por las obras, entre los que citó "el horario de la obra, que son obras de 24 horas seguidas sin que la gente pueda dormir; la suciedad, el polvo; y la ubicación de las chimeneas".

Por parte del Partido Popular, Carlos Iturgáiz dijo que se trata de un informe preliminar "carente de rigurosidad (sic), parcial, con un marcado carácter político-partidista de izquierdas con un objetivo: cargarse al alcalde del PP de Madrid". No obstante, consideró que lo importante es "avanzar y poder llegar a una conclusión" y recalcó que ello será posible por la "buena voluntad" de las autoridades de Madrid y los compromisos que han asumido.