Cañizares dice que el título de Hijo Adoptivo de Toledo es un "homenaje" a la ciudad y a quienes siempre le han apoyado

Actualizado: jueves, 14 diciembre 2006 22:38

El alcalde explica que su voz tiene un peso "importante" en la sociedad española en unos momentos "cruciales"

TOLEDO, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Antonio Cañizares Llovera, afirmó hoy tras recibir la Medalla de Oro de la Ciudad de Toledo y ser nombrado Hijo Adoptivo de la capital, que "este don que recibo del Consistorio significa la generosidad que siempre ha caracterizado a la Ciudad Imperial y es un homenaje a la ciudad, al Ayuntamiento, y a quienes me han apoyado".

Durante su intervención, Cañizares se mostró "emocionado" y abrumado" por la concesión de estos reconocimientos que fueron aprobados por el Pleno Municipal en su sesión del pasado día 26 de octubre "por su vocación de servicio a la Diócesis de Toledo y a la sociedad toledana".

En este sentido, manifestó que ser Hijo Adoptivo de una ciudad "es un don y es fruto del amor de los padres y de la bondad de quien te distingue de esta manera". Por ello, dio las gracias por "el afecto de todos y por la gran benevolencia que siempre ha tenido la capital regional conmigo, siempre acogedora y madre".

Monseñor Antonio Cañizares señaló que este "don" significa "mucho", ya que "ser Hijo Adoptivo es tanto como tener una gran familia en la que te sientes comprendido y apoyado" y afirmó que "sé que no estoy solo, que os tengo a vosotros, que vuestras alegrías son mías". Por ello, dijo que ser nombrado Hijo es un "homenaje a las raíces toledanas".

Asimismo, aseveró que desde el primer momento en el que le fue comunicada esta concesión no ha dejado de preguntarse el por qué, ya que "no he hecho nada especial, sino que lo ha hecho Dios y el Papa, yo soy sólo siervo y servidor de la Iglesia". "Vuestro reconocimiento es una distinción a la Iglesia, unida a Toledo a conciencia", resaltó.

Por otro lado, sostuvo que lleva en lo "más hondo" de su corazón a la ciudad de Toledo, ya que "comparto con ella su amor por su Virgen del Sagrario y por su santo patrón San Ildefonso". "Comparto con Toledo su historia y su evocación", dijo.

Finalmente, manifestó que Toledo "mira al futuro" y se comprometió a trabajar por aquellos retos y proyectos de la ciudad, ya que "me siento libre y comprometido con ella" y a llevar a todas partes del mundo el nombre de Jesús en "un mundo que sufre una quiebra de humanidad tan grande y que sufre tanta violencia", concluyó.

LAUDATIO.

Por su parte, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, Vicente Manuel Rouco, quien fue el encargado de pronunciar la correspondiente Laudatio, ensalzó la figura del cardenal arzobispo de Toledo, "una de las grandes personalidades de España", y aseguró que "muchos son los que pueden describir sus años de esfuerzo" que han conseguido que hoy en día ocupe grandes cargos en la Iglesia católica.

Rouco destacó que "la primera impresión que tiene un seglar como yo al tratar con don Antonio Cañizares es que estamos ante un verdadero sacerdote, que ha desarrollado una gran labor docente y científica y que ha impulsado la creación de universidades católicas, ha sido colaborador de numerosas revistas, y ha promovido la creación de numerosos templos".

Además, subrayó que "tampoco" se ha despreocupado por impulsar actos sociales y culturales, calificando su vida como "intensa y rica, un enamorado de Jesucristo, un ejemplo de fe en vida, se trata de una persona con una poderosa fuerza en la fe".

En este contexto, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha advirtió de que Cañizares tiene un "gran" protagonismo en la Iglesia y destacó que éste tiene una "gran nitidez de pensamiento que expresa a los cuatro vientos".

Así, alabó su "notable valor" en la defensa del Evangelio y los valores que más están en entredicho en estos tiempos, la defensa de la unidad de España, su condena del terrorismo de ETA, su "voz tenaz" en la defensa del matrimonio y la institución familiar, y el derecho de los padres a la libertad de educación de sus hijos.

Por último, expresó que la Iglesia tiene derecho a defender su doctrina ya que ésta contribuye al triunfo "del bien y la justicia y la dignidad humana". Por ello, sostuvo que los católicos tienen derecho a defender sus creencias y valores en libertad al igual que otras confesiones e identidades.

El alcalde de Toledo, José Manuel Molina, recordó que el Colegio Cardenalicio está integrado actualmente por 186 miembros, y uno de ellos es Antonio Cañizares que fue creado cardenal en marzo de este año y añadió que la Diócesis de Toledo es una de las más prestigiadas del mundo como sede Primada de España.

Manifestó al respecto, que al frente de ésta han destacado nombres destacados, entre ellos Cañizares, que entró en la ciudad en 2002 con una "gran capacidad de trabajo y ha dado un gran impulso a la Diócesis toledana". En estos años, resaltó Molina, ha sabido ganarse el corazón de los toledanos.

Explicó que su voz tiene un peso "importante" en la sociedad española en unos momentos "cruciales" y apuntó que Cañizares es "referencia obligada de los fieles católicos ya que es brillante creador y defensor de la doctrina católica".

En declaraciones a los medios antes del acto, el vicepresidente segundo de la Junta, Emiliano García-Page afirmó que Toledo tiene una enorme tradición identificada con los valores de la Iglesia y de la religión católica y por consiguiente nadie se puede sorprender, más bien al contrario, todos nos debemos de alegrar de que esta ciudad sepa mantener sus mejores tradiciones".

Asimismo, manifestó que estas tradiciones se basan "en el respeto, en la moderación, en la tolerancia y en el reconocimiento de la identidad y la identidad de Toledo podría decirse de muchos sitios pero desde luego es de las más importantes de toda España".

Al acto asistieron el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando Santiago; el presidente de la Audiencia Nacional, Juan Carlos Vivar Blanco; el Nuncio Apostólico, monseñor Manuel Monteiro de Castro; el presidente de la Diputación, José Manuel Tofiño; y una nutrida representación de la Corporación municipal y del cuerpo militar.

BIOGRAFÍA.

Monseñor Cañizares nació en Utiel (Valencia) el 15 de octubre de 1945. Fue ordenado sacerdote en Sinarcas (Valencia) el 21 de junio de 1970 y realizó estudios eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Valencia y la Universidad Pontificia de Salamanca, donde en 1971 obtuvo el Doctorado en Teología, con especialidad en Catequesis. Es perito en Pastoral Catequética por el Instituto Superior de Pastoral de Madrid.

Nombrado obispo de Ávila el 6 de marzo de 1992, recibió la consagración episcopal el 25 de abril de ese año. El 10 de diciembre de 1996 fue promovido a la Sede Metropolitana de Granada, de la que tomó posesión el 1 de febrero de 1997 y en 1998, nombrado administrador apostólico de la Diócesis de Cartagena.

Designado para ocupar la Sede primada de Toledo el 24 de octubre de 2002, tomó posesión de la Archidiócesis Primada el 15 de diciembre de ese año. El pasado 22 de febrero, fue creado cardenal por el Papa Benedicto XVI.

Durante la tramitación del Expediente de Honores, las propuestas de concesión de la Medalla de Oro e Hijo Adoptivo contaron con adhesiones del presidente de la Junta, José María Barreda, la CEE, la Universidad Católica de San Antonio de Murcia, el Consejo Pastoral de la Parroquia de San Gerardo, la Universidad Católica de Ávila, la Universidad Pontificia de Salamanca y la de Comillas, los arzobispos de Valencia, Granada, Bilbao y Ávila, el Seminario Metropolitano de Valencia, y ayuntamientos de Cartagena, Utiel, Sinarcas y Granada.