Cañizares rechaza "la implantación de modelos paganos de vida como si fueran un fenómeno irremediable y del todo normal"

Actualizado: domingo, 7 junio 2009 17:09

Afirma que "para que se dé la paz no se puede jamás excluir a Dios del horizonte del hombre y de la historia"

TOLEDO, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

El cardenal prefecto de la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y administrador apostólico de Toledo, Antonio Cañizares, aseveró hoy que "no podemos resignarnos a la extensión de la incredulidad y la implantación de modelos paganos de vida como si fueran un fenómeno irremediable y del todo normal en una sociedad desarrollada y moderna".

Monseñor Cañizares se pronunció así en la homilía celebrada en la Catedral de Toledo, donde presidió la Santa Misa en la que se ha conferido el paso a la militancia de un grupo de jóvenes de Acción Católica, en su primer acto oficial tras regresar de Roma, donde estuvo ingresado por una tromboflebitis en una pierna.

Se refirió el cardenal al ministerio de la Santísima Trinidad, que la Iglesia celebra hoy, y que definió como "el misterio central de la fe y de la vida cristiana; es la enseñanza más fundamental y esencial de la fe cristiana" y "en quien descansa y de quien procede el orden y el derecho que garantizan la paz".

Así, se mostró convencido de que "el derecho puede ser una fuerza eficaz de paz si sus fundamentos descansan sólidamente anclados en el derecho natural dado por el Creador; por lo que para que se dé la paz no se puede jamás excluir a Dios del horizonte del hombre y de la historia".

Cañizares defendió la necesidad de "proclamar nuestra fe en Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, capaz de generar un gran futuro de esperanza y de abrir caminos para una humanidad nueva donde se trasparente su amor sin límites, especialmente volcado sobre los pobres, los pecadores, los desheredados y maltrechos de nuestro mundo".

A su juicio, es necesario fortalecer, por encima de todo, la pasión por Dios, y "hacer de la experiencia y de la confesión, del anuncio y del testimonio del Dios, entregado y manifestado en su Hijo Jesucristo, el móvil de nuestra existencia cristiana".

"Quien no conoce a Dios, no conoce plenamente tampoco al hombre; y quien olvida a Dios destruye la humanidad del hombre, ignorando su verdadera dignidad y grandeza", advirtió el cardenal, que en otro momento recordó que "muchas cosas serán necesarias para el camino histórico de la Iglesia, pero si le faltara la caridad, todo sería inútil".