Un capellán que acompaña a personas al final de la vida y con enfermedad mental: "Estamos donde nadie quiere estar"

Publicado: viernes, 4 mayo 2018 18:45

MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -

El capellán coordinador del Hospital psiquiátrico Doctor Rodríguez Lafora y subdelegado episcopal de Pastoral de la Salud de la Archidiócesis de Madrid, Gerardo Dueñas, ofrece junto a otro capellán y una religiosa acompañamiento a personas con enfermedades psiquiátricas y, por otro lado, coordina un programa que se está desarrollando en el Hospital La Paz con personas al final de la vida.

"Lo primero es estar donde nadie quiere estar, muchas veces ni las familias siquiera, sobre todo, en el caso de pacientes de larga estancia, porque una cosa es que a un familiar le ingresen por un episodio psicótico puntual o depresión y otra, que sea un problema de salud mental que se prolongue durante más de 20 ó 30 años", precisa Dueñas en declaraciones a Europa Press.

La actividad que realiza este capellán se enmarca en el acompañamiento que la Iglesia realiza a las personas mayores y enfermas. En total, en España, 2.730 parroquias tienen 142 grupos de atención a enfermos; hay 841 voluntarios en hospitales que acompañan a más de 147.000 personas y 18.714 voluntarios y agentes de pastoral de la salud, según los últimos datos de la Memoria de Actividades de la Conferencia Episcopal Española.

En el hospital psiquiátrico Doctor Rodríguez Lafora, Dueñas, junto a otro capellán, una religiosa y una decena de voluntarios, atienden a unos 320 pacientes con todo tipo de problemas de salud mental, trastornos de personalidad o adicciones. Además, acompañan a ancianos con enfermedades psiquiátricas.

El capellán Gerardo Dueñas lamenta el "estigma" y el "miedo" que aún existe sobre las enfermedades mentales, uno de los motivos por los que estas personas suelen encontrarse en situaciones de soledad. Otra de las razones, según explica, es que estos pacientes suelen desarrollar la enfermedad al final de la adolescencia o el principio de la juventud por lo que no tienen una familia propia y solo tienen a los padres, hermanos y sobrinos, los cuales muchas veces han sufrido mucho con la enfermedad y sienten "rechazo".

"Son historias tremendas. Suelo decir que aquí jugamos en primera división porque no se puede ir a más que un hospital psiquiátrico. Aquí los problemas que tenemos que acompañar son muy graves. Y muchas veces les tenemos que devolver la dignidad que les han hecho creer que han perdido", subraya.

Para ganarse su confianza, realizan actividades como talleres de imanes de árboles de Navidad que después venden en un rastrillo solidario en las fiestas navideñas, y se sientan a escucharles y acompañarles en su "sufrimiento" porque "la mayoría no tiene amigos y se encuentra sola".

"Todos necesitamos sentirnos queridos. Por el hospital pasa un montón de gente, como el trabajador social, la familia, pero poca gente se queda, y cuando ven que te has quedado, empiezas a ser parte de los suyos y entonces son tremendamente agradecidos, eres parte su familia", asegura este capellán que ya lleva siete años trabajando con estos pacientes.

ROMPER EL ESTIGMA SOCIAL

En todo caso, Dueñas insiste en la necesidad de romper el "estigma social" que existe hacia estas enfermedades mentales. "Me acuerdo de un día celebrando misa, estábamos hablando del pasaje de la Biblia en que Jesús acompaña a los leprosos y una paciente dijo 'nosotros somos los leprosos de hoy'", recuerda.

En este sentido, lamenta que en este tipo de hospitales psiquiátricos no ocurra como en otros donde se realizan actuaciones diarias para los enfermos. Además, añade que su ubicación, justo en uno de los márgenes de la carretera de Colmenar Viejo, describe muy bien la situación de estos pacientes con salud mental que se encuentran "al margen de la sociedad".

Por otro lado, Dueñas coordina en la Archidiócesis de Madrid un programa de acompañamiento integral "plus" al final de la vida y ante situaciones de alta complejidad terapéutica que ya está funcionando en el Hospital La Paz como proyecto piloto y que asegura que está dando "muy buenos resultados".

A estos pacientes les acompañan "integralmente" no solo con el dolor o a nivel psicológico sino también "en todas las dimensiones" como la "espiritual", aunque Dueñas puntualiza que esto no quiere decir necesariamente que el paciente tenga que ser religioso pues esta atención "espiritual" puede ir relacionada con "esperanzas o deseos profundos". Además, precisa que no van a "quitar el papel" a los médicos, enfermeras o psicólogos.

"Es un campo bonito donde tenemos que poner nuestras energías. Muchas veces la gente no es que no quiera vivir sino que no quiere vivir así con este dolor, con esta situación de soledad", resume Dueñas.

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