El cardenal Estepa recuerda la primera década como arzobispo castrense como la "más dolorosa" por las heridas del terror

Actualizado: martes, 31 enero 2012 21:34

MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo emérito Castrense José Manuel Estepa Llaurens ha recordado que la etapa "más dolorosa" de su vida fue la primera década como arzobispo castrense por "las heridas del terrorismo" ya que, según ha contado, durante ese periodo asistió a más de 50 funerales por las víctimas. Por ello, y por el "gran sufrimiento" que había pasado en la Guerra Civil y la posguerra, todo su afán, según ha explicado, siempre fue "la reconciliación".

El cardenal ha subrayado, durante la presentación en la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid del libro del sacerdote y director de la revista Vida Nueva, Juan Rubio, 'Estepa, el cardenal de la catequesis', que aquellos años le marcaron mucho por la violencia del terrorismo que dejó "tantas familias heridas, tanta sinrazón" y que era, según ha apuntado, "Un ataque medular a la sociedad española". Ante esta situación, todo su "afán" y su "sueño", según ha afirmado, era la "reconciliación" de los españoles.

En una entrevista concedida a Europa Press, el autor del libro, Juan Rubio, que también ha participado en el acto, ha definido al cardenal como una persona que "siempre ha luchado y ha apostado por la concordia de los españoles" después de su "amarga experiencia en la guerra civil y sobre todo en la posguerra", y al que le han tocado vivir importantes momentos de la historia de España como la transición política en Madrid o el repunte del terrorismo.

Además, según ha indicado Rubio, el cardenal también ha destacado en su vida por haber sido el encargado de preparar a los Príncipes de Asturias para el matrimonio, por ser el "adalid" de la renovación de la catequesis, secretario del Sínodo de los Obispos de 1977 elegido por el Papa Pablo VI, y por ser el reformador de la vicaría castrense que convirtió en un arzobispado.

Así se revela en este libro que, lejos de ser unas memorias al uso, muestra la vida del cardenal relatada por el propio protagonista y contextualizada por el autor y cuenta su pasado como un testigo privilegiado de la historia de la Iglesia de los últimos 75 años.

De esos años, el cardenal Estepa ha recordado también "lo bien" que le ha acogido siempre la Conferencia Episcopal Española (CEE) en una tarea que siempre ha considerado "primordial" como la catequesis. A su juicio, "todos" necesitan de la catequesis, es decir, "volver a un itinerario formativo y a la reflexión sobre la fe para crecer en ella". En este sentido, ha indicado que siempre ha estado convencido de que la Iglesia "debe volver a evangelizar" y "no confiarse a la tradición" ni "vivir de las rentas" y, por ello, ha destacado que la Iglesia española "necesita proseguir un gran camino de evangelización".

Los presentes en el acto han definido al cardenal como una de las personas que jugó "un papel muy importante en la pacificación en España" e incluso como la persona "que más sabe de Afganistán" y de lo que ocurre allí "a ras del suelo", tal y como ha indicado el director adjunto de La Vanguardia, Enric Juliana, que ha aprovechado para reivindicar más relatos "civiles" como este porque, a su juicio, al leer el libro, uno se percata de "la necesidad de un relato sobre la vida de la Iglesia, de los religiosos, que no sea necesariamente realizado desde dentro de la Iglesia".

Igualmente, el obispo de Tortosa y presidente de la subcomisión episcopal de Catequesis de la CEE, Javier Salinas, se ha referido a él como un "hombre de fe", mientras que el arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, ha destacado que a pesar de haber llevado sobre sí "un peso muy grande" y a pesar de la "marea", ha sabido "llegar a buen puerto" y le ha definido, haciendo una analogía con el mundo del flamenco y sus 'cantaores' como "uno de los grandes".