Centenares de jóvenes se manifiestan en Madrid por una vivienda digna

Actualizado: domingo, 2 julio 2006 20:14


MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS TELEVISIÓN) -

Centenares de jóvenes (700 según la Policía y 7.000 según los convocantes) se manifestaron hoy por las calles de Madrid por una vivienda digna y contra la precariedad y la especulación, en la que constituyó la sexta convocatoria de diversos movimientos sociales y ciudadanos en protesta por el continuo incremento del precio de la vivienda.

Bajo el lema 'La vivienda es un derecho, no un negocio' y convocados por la Asamblea contra la Precariedad y por la Vivienda Digna, numerosos ciudadanos, en su mayoría jóvenes, partieron sobre las 12.30 horas de la madrileña Plaza de Sol y recorrieron el centro de la capital española, hasta concluir en la Plaza de la Marina Española, frente al Senado.

Allí, un portavoz de la asamblea leyó un manifiesto, en el que denunció que los jóvenes no pueden independizarse y reclamó que la vivienda debe ser un derecho y no un negocio "para unos pocos". Después, se trasladaron a la Plaza de España, donde los convocantes llevaron a cabo una comida popular, así como una colecta para ayudar a la defensa jurídica de los 17 detenidos en la última sentada por la vivienda, acusados de desacato a la autoridad y desórdenes públicos.

Los manifestantes portaron pancartas durante todo el recorrido, en las que se podían leer lemas como 'Más viviendas, menos M-30' ó 'No más marbellas y ladrones con ladrillos', al tiempo que corearon consignas como 'Espe, espe, espe, especulación' ó 'Que pasa que pasa, que no tenemos casa.

Además de las pancartas, portaban una red repleta de globos de colores a modo de "burbuja inmobiliaria" y un grupo de tambores acompañaba la marcha, en la que se podían escuchar cánticos como 'Lo llaman democracia y no lo es' ó 'Madrid capital de la especulación'. Muchos manifestantes llevaban en sus camisetas dorsales con el número 47, el artículo de la Constitución que reconoce el derecho de todos a una vivienda digna.

En un ambiente festivo y totalmente pacífico (la marcha estuvo vigilada en todo momento por miembros de la Policía Local y Nacional), numerosos movimientos sociales se unieron a la manifestación, como la iniciativa ciudadana 'Rompamos el silencio', que ha llevado a cabo esta semana la ocupación del Cine Bogart de Madrid y que hoy mismo, tras la negociación con la Delegación del Gobierno, ha abandonado sin producirse ningún altercado.

MEDIDAS PÚBLICAS

En declaraciones a Europa Press televisión, el portavoz de la Asamblea Contra la Precariedad y a Favor la Vivienda Digna, convocante de la manifestación, Mario Cuellar, afirmó hoy que "un estado no puede permitir que la gente joven no se pueda emancipar", por lo que se mostró convencido de que "los organismos públicos tendrán que tomar medidas".

"Pedimos que la vivienda sea considerada en un derecho fundamental y deje de ser tomado como un negocio", aseguró Cuellar, que aprovechó la ocasión para criticar el comportamiento de la policía en las dos últimas manifestaciones de la Asamblea. "Hubo una actuación desproporcionada", dijo.

En el mismo sentido que Cuellar, los jóvenes que se acercaron a la manifestación coincidieron en su indignación con las políticas de vivienda tanto del Ayuntamiento de Madrid como del Gobierno central. "La constitución dice que tenemos derecho a la vivienda y no se cumple", afirmó José Antonio Gómez, que hizo todo el recorrido de la manifestación en bicicleta.

"Nos ofrecen puestos de trabajo que nos esclavizan y encima la trampa se completa con unas viviendas que tenemos que pagar durante 40 años. Tenemos que tragar cualquier tipo de explotación en el trabajo porque no hay ninguna otra manera de conseguir casa", apuntó.

Otro manifestante, Oscar Gallego, que acudió a la concentración acompañado de su mujer y su hijo pequeño, se quejaba de los mismos problemas para conseguir vivienda, pero se mostraba escéptico sobre las soluciones. "En este sistema donde lo que prima es la especulación y los beneficios de los empresarios y de aquellos que se lucran con el ladrillo, difícil solución tiene. Habría que adoptar medidas muy tajantes o radicales para cambiarlo", concluyó.