El director de prensa del Vaticano destaca la "humildad" del Papa en el 'caso Williamson'

Actualizado: jueves, 12 marzo 2009 17:08

ROMA, 12 Mar. (Gloria Moreno/EUROPA PRESS) -

El director de la sala de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, destacó hoy la "lucidez y humildad" con que el Papa Benedicto XVI ha admitido los errores cometidos por el Vaticano con ocasión del levantamiento de la excomunión a los cuatro obispos lefebvrianos.

Lombardi hizo referencia a la atípica carta que Benedicto XVI ha dirigido a los obispos de todo el mundo para aclarar las intenciones que le llevaron a tomar esta decisión y analizar las circunstancias que contribuyeron a atizar la polémica, "tanto dentro como fuera de la Iglesia católica".

El director de la sala de prensa destacó la "gran nobleza" con que el Papa afronta la cuestión ya que "no atribuye a otros la responsabilidad" y admite sus propios errores. En el marco de una rueda de prensa con los periodistas, Lombardi consideró que se trata de una carta "muy singular" y seguramente la primera vez que un Pontífice se expresa de un modo tan "subjetivo" y "personal" sobre un debate en particular.

Según el portavoz vaticano, este modo de proceder "está ligado a la personalidad de este Papa" que prefiere "aclarar las cosas" y, utilizando un lenguaje "personal y no de curia", afronta la cuestión con "libertad" y "coraje espiritual".

En su misiva, el Papa asegura que la coincidencia en el tiempo del levantamiento de la sanción eclesiástica con las declaraciones en las que uno de los obispos excomulgados, Richard Williamson, minimizaba la magnitud del Holocausto judío, fue una "contrariedad imprevisible".

El Papa firmó el decreto con el que levantaba la excomunión el 21 de enero, cuando las declaraciones que Williamson había concedido a una televisión sueca todavía no habían sido difundidas a nivel mundial.

Sin embargo, tres días después, cuando el decreto fue publicado, la entrevista ya había sido ampliamente publicada por los medios de comunicación de todo el mundo. Preguntado por los periodistas sobre si el Vaticano valoró o no estas declaraciones antes de la publicación oficial del documento, Lombardi contestó que no sabe nada al respecto.

Aun con todo, en su carta, el Papa afirma que, en el futuro, la Santa Sede deberá prestar más atención a las noticias de actualidad que se difunden en todo el mundo para evitar malentendidos. Asimismo, admite que el modo en que fue publicado el documento también fue desacertado, al no dejar claro "el alcance y los límites" del levantamiento de la sanción.

En este sentido, dejó claro que "la excomunión afecta a las personas, no a las instituciones" y que "hasta que las cuestiones relativas a la doctrina no se aclaren" los ministros de la Fraternidad San Pío X, a la que pertenecen los cuatro obispos, "no ejercen legítimamente ministerio alguno en la Iglesia".

De hecho, el levantamiento de la excomunión atañe únicamente a la sanción disciplinar pero no soluciona los problemas doctrinales que todavía quedan por resolver y que se refieren sobre todo a la aceptación del Concilio Vaticano II y del magisterio postconciliar de los Papas por parte de la Fraternidad San Pío X.

SIGUE HABIENDO PROBLEMAS DOCTRINALES.

Para ello, el Papa ha propuesto asociar la Pontificia Comisión 'Ecclesia Dei', la institución vaticana que se encarga de dialogar con los miembros de esta comunidad cismática, con la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es la que se encarga de discutir los temas doctrinales.

Además de aclarar estos puntos, en su carta, el Papa lamenta la "hostilidad dispuesta al ataque" que algunos católicos han descargado sobre él a raíz de su decisión de levantar la excomunión a los obispos lefebvrianos.

El Papa se dice "entristecido" por ello y advierte que "si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente", en alusión a un texto de las Sagradas Escrituras. "Desgraciadamente este 'morder y devorar' existe también hoy en la Iglesia como expresión de una libertad mal interpretada", constata.

Sin embargo, Lombardi consideró que con estas palabras "fuertes", el Papa no quiere "impedir el debate en la Iglesia" sino manifestar hasta qué punto le ha impresionado este episodio y dejar claras cuáles eran las intenciones de su gesto.

En cuanto a si dicho gesto constituía realmente una prioridad para la Iglesia, Benedicto XVI admite que "ciertamente hay cosas más importantes y urgentes" y que, de hecho, "el auténtico problema en este momento actual de la historia es que Dios desaparece del horizonte de los hombres".

Sin embargo, para conducir a los hombres hacia Dios es necesaria la "unidad de los creyentes", que es precisamente lo que motivó su decisión de levantar la excomunión a los obispos lefebvrianos, detalla.